No cayó bien en Bruselas, sede de las instituciones europeas y de la OTAN, una investigación de la agencia Bloomberg en torno al “matrimonio” cada vez más consumado entre las autocracias de Rusia y China, que causa todo tipo de problemas.
A la luz de los datos publicados, la unión sellada con un pacto de “amistad sin límites” poco antes de la invasión rusa en febrero de 2022, mantiene encendida no solo la guerra en Ucrania, sino que carbura el siempre candente conflicto en el Medio Oriente. De la misma forma, se constituye en una ficha clave en el próximo choque que se producirá en el Pacífico en torno a Taiwán.
Hay más: distorsiona las relaciones que quiere estrechar Europa con China en medio del aislamiento planteado por Estados Unidos; aleja las posibilidades de una colaboración armónica entre ambas partes en materia comercial y tecnológica y pone en riesgo, a largo plazo, el plan de rearme que requiere el Viejo Continente en su preparación para un posible ataque de Rusia.
Funcionarios ejecutivos, de inteligencia y militares ya lo están vislumbrando.
Veamos: a pocos días de una muy esperada reunión de las autoridades europeas y China,la investigación de la agencia de noticias corrobora que el matrimonio de Rusia y China está siendo aceitado muy eficientemente con petróleo y gas ruso hacia China y tecnología militar para drones y otros equipos chinos hacia Rusia.
Ambos esconden sus transacciones de las sanciones y embargos impuestos por Occidente.
Bloomberg reveló que componentes chinos ayudaron a Rusia a establecer la producción en masa de drones de combate, de acuerdo con fuentes que conocieron la investigación. La información se desveló en momentos en que vehículos no tripulados están cayendo por miles en las ciudades ucranianas, en los más feroces ataques desde la invasión en 2022.
Un detalle: la empresa rusa Aero-Hit de la ciudad del extremo oriente ruso fronteriza con China, Jabárovsk, está colaborando estrechamente con proveedores chinos. Particularmente, con ingenieros de Autel Robotics, que tiene sede en Shenzhen -suroriente de China- y que es uno de los mayores fabricantes de drones del gigante asiático.
Pero el panorama es más amplio. Rusia y China están acelerando la instalación de oleoductos y gasoductos para conectar las reservas casi ilimitadas del primer país en Siberia mediante inversiones multimillonarias, para alimentar la casi insaciable demanda china por energía.
China también ha ayudado a reconstruir la base industrial de defensa rusa, según funcionarios estadounidenses
Todo, mientras Europa está apoyando a Ucrania en su defensa contra la agresión rusa,con el envío de armamento y tecnología. También, sopesa la posibilidad de que se instalen tropas en las fronteras de los países bálticos y Polonia.
La situación no puede ser más preocupante. La propia Bloomberg reportó que la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen acusó a China de distorsionar el comercio y limitar el acceso de las empresas europeas, en momentos en que se conocían los estrechos intercambios ruso-chinos.
A China le interesa mantener bien alimentada la guerra en Ucrania, pues así agota más rápidamente los pertrechos europeos y lleva a su punto máximo la capacidad industrial militar de Estados Unidos.
Cuando Europa y Estados Unidos estén exhaustos, los planes apuntan a que en el 2027 China se lanzará a unificar a Taiwán, no precisamente por las buenas. Es decir, al gigante asiático le conviene que las peleas continúen, mientras se prepara para cumplir su promesa de “una sola China”.
Así lo planteó el jefe de la OTAN, Mark Rutte, en una entrevista a The New York Times en la que exhortó a “no ser ingenuos”.
“Si Xi Jinping (líder chino) ataca Taiwán, probablemente pedirá a Putin que mantenga ocupada a la OTAN atacando territorio europeo. El escenario no estaría limitado a Asia, sino que implicaría una escalada bélica entre potencias globales en dos frentes simultáneos”, dijo Rutte.
El involucramiento de Rusia en el conflicto del Medio Oriente no es nuevo. Por estos días se afianza más en el frente iraní, sin que los funcionarios rusos se esfuercen enocultarlo.
El canciller ruso, Lavrov, dijo que estarían más que dispuestos en ayudar a reconstruir el programa de desarrollo nuclear de Irán “para fines civiles”, luego de que los ataques de Israel y Estados Unidos no alcanzaran a destruirlo por completo.
El mismo Lavrov reveló que apoya a Irán en la construcción de dos reactores nucleares.
Funcionarios estadounidenses y británicos no dejan de hablar de un nuevo eje Moscú-Pekín, reforzado con Corea del Norte e Irán. Aunque los cuatro países no tienen un acuerdo de defensa mutua, sí los hermana sentimientos de ira, autoritarismo y animadversión contra Occidente, lo que los posiciona de manera colectiva y desafiante.
Pruebas al canto: más de 12.000 soldados norcoreanos han sido desplegados en apoyo a Moscú en el frente ucraniano, gracias a una alianza de colaboración mutua; se usan drones de tecnología iraní para atacar civiles en Ucrania, e Irán pudo avanzar sin problemas en su programa nuclear -con el apoyo de científicos rusos- y de misiles de largo alcance gracias al petróleo vendido a China.
Cada día, Rusia y China tientan la capacidad de Occidente para mantener un conflicto prolongado en Ucrania. No seamos tan ingenuos al pensar que todo ese tinglado no apunta a objetivos mucho más grandes.
@javimozzo