Un nuevo capítulo se abrió en el prolongado conflicto ambiental que rodea la explotación de oro en inmediaciones del Páramo de Santurbán. Mientras los santandereanos se preparaban para marchar en contra las actividades mineras por parte de la Sociedad Minera de Santander (Minesa), la empresa anunció sorpresivamente que retiró la solicitud de licencia ambiental ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA).
En un comunicado la empresa señaló que la razón de esta petición obedece a la necesidad de recopilar nueva información para integrarla al estudio de impacto ambiental presentado el pasado 28 de agosto de 2017.
El proyecto, que está ubicado en la zona de influencia de California y Suratá, permitiría la extracción de alrededor de nueve millones de onzas de pirita y cobre.
Luego de recibir los documentos por parte de la empresa, la ANLA realizó dos visitas técnicas a la zona y vinculó al proceso a expertos de la Universidad Nacional, sede Medellín.
“Después de las visitas técnicas y el análisis del EIA, la ANLA decidió solicitar información adicional a la empresa, un recurso al que acude la Autoridad Ambiental cuando considera que los contenidos de los documentos presentados por los solicitantes de licencias y permisos son insuficientes para evaluar la viabilidad ambiental del proyecto”, aclaró la empresa en su comunicado.
La ANLA hizo 83 requerimientos de información a la empresa. Algunas de ellas relacionadas con las vías de acceso del proyecto; porcentaje de relaves; consumo de explosivos; información complementaria sobre la presencia de cadmio, selenio y molibdeno; definición en forma detallada de la disposición final de las aguas de rechazo; ajuste del área de influencia del medio abiótico, biótico y socioeconómico; calidad del aire, y modelación del ruido.
De acuerdo con el comunicado de la empresa, la preocupación por el tema “hídrico fue uno de los temas en que la ANLA hizo más énfasis. Pidió a Minesa ajustar el programa de manejo de agua con el fin de incluir las medidas que garanticen la disponibilidad del recurso hídrico para todos los usos, usuarios y servicios ecosistémicos que puedan verse afectados por el desarrollo del proyecto”.
Un vocero de la empresa explicó que el tiempo para volver a presentar la solicitud de licencia ambiental ante la ANLA se daría en al menos un mes.