Por; María Isabel Basteiro
Corresponsal en Europa
Londres, París, Madrid, Alemania e, incluso, Túnez… Atentados en estaciones de metro, en supermercados, en medios privados de comunicación… Nadie está seguro en Europa. Aunque suene a perogrullada Europa tiene terror al terrorismo, el que viene de los radicales musulmanes. Los que se han dado en llamar yihadistas, porque enarbolan la bandera de la Yihad islámica.
Al igual que los colombianos fuimos parias en el mundo por culpa del narcotráfico, los musulmanes están empezando a serlo ahora gracias al terrorismo yihadista, mal llamado terrorismo islámico. Aunque dudo que estén agradecidos. De hecho, no es islámico y mucho menos musulmán, en cuanto que no refleja sus pensamiento ni acciones. Los musulmanes son los primeros en condenarlo. Así lo demuestran sus marchas en París, en Madrid, en Londres y en otras ciudades del mundo.
Sin embargo, los europeos siguen generalizando. No todos, claro, tampoco podemos generalizar en eso, pero la situación no hace distinciones. Hay un coalición global contra el terrorismo. Tal acuerdo mundial no tendría nada de extraño, puesto que va dirigido a la mayor amenaza que se erige sobre el mundo en la actualidad; pero empieza a ser preocupante cuando prejuzga a quien quien use pañuelo en la cabeza, a quien hable árabe y, me atrevería a decir, a quien se “parezca” a un árabe. El ciudadano de a pie evita, incluso, nombrarlos.
Más preocupante todavía es el hecho de que el peligro se está generando en Europa misma. Adolescentes y adultos jóvenes están empezando a seguir esa causa, a viajar a los centros de entrenamiento yihadistas, convencidos de esa causa y defendiendo presuntamente a Alá. De repente, una joven inglesa decide vestir el burka e inmolarse en favor de la causa. En otro país, un joven español desaparece y se descubre a través de un video en el que demuestra su perfecto adoctrinamiento en este terrorismo. En Dinamarca, otro hace algo similar. Los radicales yihadistas están llegando a los cimientos de Europa: sus jóvenes. ¿Cómo entender que adolescentes de las sociedades más avanzadas, nacidos en países que les otorgan todas las libertades, decidan seguir una causa que, precisamente, constriñe esas libertades y los obliga a sacrificarse por algo va en contra de ellos mismos?
Quién quiera entender algo del terrorismo yihadista, se verá inmerso en un batiburrillo de términos que es difícil de entender. Veamos los conceptos:
Yihad: en español, la palabra se traduce como “esfuerzo”. La raíz, tal y como aparece en el Corán, se traduce como “esfuerzo en el camino de Dios”. Según el compendio de Sahih Muslim (titulado al-Minah y considerado uno de los mejores en su campo) el erudito medieval musulmán Imam al-Nawawi dice que (la Yihad) es uno de los deberes colectivos de la comunidad en su conjunto, que implica interponer una protesta válida, solucionar los problemas de religión, tener conocimiento de la Ley Divina, ordenar lo que es correcto y prohibir las conductas incorrectas.
Yihadista: aquel que actúa según el decreto religioso de guerra, para extender la ley del islam. Según Wikipedia (?), el Yihadismo una doctrina política es un ideario teocrático totalitario de corte antiliberal y antidemocrático, lo cual lo lleva a luchar contra occidente.
Musulmán: seguidor del Islam.
Islam: religión monoteísta abrahámica cuyo dogma de fe se basa en el Corán.
Islamismo: conjunto de movimientos políticos cuya ideología consiste en la adaptación a los mandatos religiosos del Islam.
Sharia: Derecho islámico. Código de conducta que incluye, el culto, moral, lo prohibido y lo permitido, el bien y el mal. Lo conocemos como Ley islámica.
Árabe: define básicamente al idioma y a la sociedad que lo habla.
Según estos conceptos, después de leer con mucha atención y sin ser generalistas, debemos concluir que no todo musulmán es yihadista, que no todo aquel que sigue la Yihad es Yihadista, como tampoco, todo árabe es musulmán.
Sin embargo, en la realidad los terroristas yihadistas son árabes (aunque día a día se capten más “occidentales”), son musulmanes lo cual quiere decir que siguen algunos de los preceptos del islamismo y actúan siguiendo la Yihad. Como grupo terrorist se hace llamar “Estado islámico”, que es próximo a Al qaeda y que reivindica su autoridad sobre todos los musulmanes del mundo. Hablamos de Irak, Siria, Jordania, Israel, Palestina, Libano, Chipre, Libia, Pakistán, parte de la Península del Sinaí, parte del sur de Turquía y todos los que profesen el Islamismo, vivan donde vivan.
Al hecho de que existan cada vez más jóvenes europeos que apoyan la causa yihadista, se une la circunstancia de que existen lo que se llaman “células durmientes” o, en otras palabras, grupos de yihadistas en todo el mundo que, entrenados, permanecen inactivos pero dispuestos a atacar objetivos cuando sea ordenado.
El cine y las series de televisión son la muestra pública y más clara de la coalición global contra este terrorismo. Hace tiempo se dejo de hablar de Vietnam, de la “Tormenta del desierto” o de la guerra de Afganistán. El tema ahora es el yihadismo. Quien sea algo adicto a las series solo tiene que ver programas como State of Affaires, NCIS Naval Criminal Investigative Service, Criminal Minds, Scandal, Homeland y hasta Hawaii 5-0… Todos ellos tratan tocan esta realidad.
Vistas así las cosas, y si creemos lo dicho por el Vaticano respecto a que el Islam es la religión más extendida en el mundo, hay razones más que suficientes para entender el “terror al terrorismo” que se apoderó de Europa.
Y aún falta hablar de Hammás y Al-Qaeda -grupos terroristas a los cuales se anexan los yihadistas y con los que tiene mucho en común-…