De ganadores, perdedores y otras hierbas

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Rafael Correa, Daniel Ortega y Hugo Chávez fueron los grandes perdedores de la VI Cumbre de las Américas reunida este fin de semana en Cartagena.

Los tres, que funcionan como una especie de sindicato, no asistieron en solidaridad con Cuba país no invitado para no incomodar a Barack Obama quien dice que mientras Cuba no sea democracia no puede asistir a un club cuyos miembros se precian de serlo.

Los tres prefirieron quedarse gritando desde sus países en contra de la Cumbre mientras sus compañeros del Alba, los Presidentes de Argentina, Brasil Paraguay y Bolivia no sólo asistieron y se manifestaron en contra de la exclusión sino que desempeñaron un papel protagónico en la cumbre. El Presidente Santos cumplió su palabra de reclamar la presencia de Cuba. En su discurso de instalación dijo “sería inaceptable una nueva cumbre sin la asistencia de Cuba.”

Dilma Russeff, la presidenta de Brasil fue la gran triunfadora, junto al anfitrión, Juan Manuel Santos y a Barack Obama que siempre será protagonista quiéralo o no. Dilma se dio el lujo de cantarle la tabla a Barack Obama en su propia cara y tirar línea a sus colegas del Sur para que, no cierren las puertas al libre comercio, pero sin ser ingenuos. “El proteccionismo en nuestra región nos lleva a crecimiento económico y prosperidad, pero no podemos ser ingenuos. Debemos estar preparados para defendernos”.

Dilma insistió en que para que los acuerdos sean útiles y duraderos se deben hacer entre iguales y no entre países dependientes. Llamó la atención en la educación es la clave para obtener independencia. “Nadie produce conocimiento, ciencia y educación de calidad si uno es superior a otro, porque todos sabemos que no existe diálogo entre diálogo y países desiguales”.

Barack Obama le dio la razón y agregó que, aunque en las cumbres como la de Cartagena no es costumbre hablar del tema, América Latina debe entender que si quiere competir con Asia y Europa tiene que invertir en mejorar la educación de sus jóvenes.

A Juan Manuel Santos no le fue bien con su propuesta de revisar la política antidrogas, como un primer paso hacia la legalización del consumo. Barack Obama fue contundente, “Mi pensamiento y el de mi gobierno es que la legalización no es la respuesta” dijo el hombre y nadie volvió a tocar el tema.

Cristina Kirchner llegó a Cartagena triste y muy preocupada esperando la solidaridad de sus colegas frente al diferendo que sostiene con Gran Bretaña por el tema de Las Malvinas. Nada consiguió. El Presidente Santos ni siquiera mencionó el tema en su discurso inaugural y a juzgar por su partida anticipada y su despedida destemplada en la sesión no logró gran cosa.

La educación que no estaba en la agenda de la Cumbre fue tema de conversación gracias a los Presidentes de Estados Unidos y Brasil y a los empresarios reunidos en Cartagena que dedicaron una tarde completa a analizar el tema frente a los Presidentes de Chile y Costa Rica y a las primeras ministras de Jamaica y Trinidad Tobago. Alguno de los empresarios sugirió que los gobiernos de América Latina deberían de dejar de desperdiciar recursos en sistemas educativos viejos y caducos y entregarle esa plata a las familias para que ellas sean quienes procuren una educación de calidad para sus hijos.

Estados Unidos y Brasil llamaron la atención sobre la necesidad de conectar a todos los países de América Latina a la electricidad e internet.

La enviada especial de las ONU, Alicia Barcenal, secretaria ejecutiva de la Cepal, le agregó a ese tema la necesidad de construir infraestructura especialmente carreteras, aeropuertos, puertos y acueductos. “Sin infraestructura no hay desarrollo”.

La Cumbre de las Américas demostró una vez que lo que mueve al mundo son los negocios y no la política o la religión. Todos los presidentes incluido Obama pasaron a saludar a los empresarios, ningún empresario pasó a saludar a los presidentes.

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