La campaña electoral en Colombia: la «más sucia» de su historia

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BBC Mundo

La actual campaña presidencial de Colombia, donde este domingo habrá elecciones, parecería ser, según analistas consultados por BBC Mundo, la más sucia de los últimos tiempos.

Este país, donde asesinaron a tres candidatos presidenciales hace 25 años, donde un expresidente fue acusado de recibir dineros de la mafia en su campaña, donde varios congresistas fueron a la cárcel por el mismo motivo y donde muchos más han sido condenados por tener nexos con los paramilitares de derecha, no había visto episodios similares como los de los últimos días.

Los dos principales aspirantes a la Presidencia se han visto involucrados en una explosiva serie de acusaciones mutuas. Se da casi por descontado que habrá una segunda vuelta entre el actual mandatario, Juan Manuel Santos, y Óscar Iván Zuluaga, que se definirá el 15 de junio.

Las acusaciones entre las dos campañas van desde la supuesta entrada de dineros de la mafia a la campaña de Santos en 2010, hasta la difusión de un video donde Zuluaga aparentemente habla con un hacker sobre operaciones de espionaje y planes para atacar el proceso de paz con la guerrilla de las FARC y la campaña del presidente que busca su reelección.

Por un lado, Santos ha negado rotundamente la entrada de dineros de la mafia a su campaña del 2010 y el expresidente Álvaro Uribe –quien hizo la denuncia- no ha entregado ninguna prueba. Y, por otro, Zuluaga insiste en que el video donde aparece con el hacker es un montaje.

Las acusaciones han producido desconcierto y confusión entre muchos electores, que se refleja sobre todo en las redes sociales.

«Yo creo que esta ha sido una campaña especialmente sucia, comparable con el Proceso 8.000 (cuando se descubrió la entrada de dineros de la mafia a la campaña del expresidente Ernesto Samper, quien gobernó entre 1994 y 1998)», declara a BBC Mundo Elisabeth Ungar, directora de la ONG Transparencia por Colombia.

En cambio, Sandra Borda, profesora de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, le dice a BBC Mundo que «esto es peor».
Según Borda, en estos momentos «la Fiscalía (General de la Nación) está haciendo una campaña atroz. Dicen que la Fiscalía filtró el video de Óscar Iván Zuluaga. Yo creo que todos los organismos de control están sumidos en la lógica de la campaña, de un lado o del otro».

Ungar considera que «hay sectores políticos que están claramente interesados en utilizar cualquier medio para obtener sus fines» y añade que la situación «es particularmente grave cuando todas las evidencias tienden a señalar que una de las campañas participó en fraguar esta situación. Falta que la justicia se pronuncie».

Una pelea amarga

Otro analista, Hernando Gómez Buendía, director del portal Razón Pública, le expresa a BBC Mundo que «esta es como una pelea matrimonial muy amarga, entre Juan Manuel Santos y el expresidente Álvaro Uribe, quien ahora apoya a Zuluaga».

«Esta parecería ser la pelea decisiva entre Santos y Uribe. Estamos en el clímax», agrega Gómez Buendía, al tiempo que señala que él no cree en la acusación que Uribe hizo sobre la entrada de dineros de la mafia a la campaña de Santos.

«Lo que pasa es que Uribe está desesperado», dice el analista.

Sin coincidencias

Gómez Buendía señala que «aquí las coincidencias no existen» y dice que «independientemente de quién tenga la razón, el manejo de los tiempos con las revelaciones ha sido de mala fe». Y agrega que, en su opinión, no es casualidad que la captura del hacker se hubiera producido después de que Uribe hizo la denuncia.

Según él, el problema de fondo es que en la política colombiana «se borraron las fronteras entre lo legal y lo ilegal, y entre lo moral y lo inmoral».

Todavía las encuestas de intención de voto no han medido el impacto de los últimos episodios de la campaña y no hay claridad sobre qué tanto puedan influir entre los votantes.

Sin embargo, Ungar advierte que «no sólo está en juego la legitimidad de los candidatos, sino también el estado de derecho».
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Y Borda añade, de todas maneras, que el fuerte cruce de acusaciones afectará la gobernabilidad del triunfador. «Cualquiera que gane, no lo hará con una amplia ventaja y, además, tendrá la sombra de hacer política de forma bastante sucia», concluye.

Mientras las encuestas reflejan que habrá una segunda vuelta, porque ninguno de los candidatos obtendrá más del 50 por ciento de los votos este domingo, muchos temen que la guerra sucia entre los aspirantes siga hasta mediados de junio.

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