Santos y Zuluaga, la guerra sucia definirá el ganador

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Por Oscar Montes

Un video dado a conocer por la revista Semana enreda la candidatura de Óscar Iván Zuluaga ocho días antes de las elecciones y prueba que la campaña presidencial terminará en medio de ataques despiadados por parte de los dos candidatos.

La dinámica electoral llevó a los votantes al escenario de tener que escoger entre el presidente-candidato Juan Manuel Santos y el exministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga para ocupar la Casa de Nariño entre 2014 y 2018. Así lo indican todas las encuestas y sondeos de opinión que han sido publicados, los mismos que dan por hecho la realización de una segunda vuelta entre ambos candidatos. Algunos dan ganador al candidato oficialista, mientras que otros apuntan a un triunfo del aspirante opositor.

Por cuenta de la polarización las candidaturas de Enrique Peñalosa, Marta Lucía Ramírez y Clara López terminaron siendo trituradas por las de Santos y Zuluaga, quienes se encargaron de “ensuciar las aguas” con el único propósito de que solo ellos dos puedan dirimir el ganador el próximo domingo 25 de mayo.

El último capítulo de esta guerra sucia se acaba de presentar por cuenta de un video dado a conocer ayer por la Revista Semana, en el que aparece Zuluaga y su exasesor espiritual Luis Fernando Hoyos en una visita a la oficina del hacker Andrés Sepúlveda en la que reciben información confidencial, reservada e ilegal relacionada con jefes de las Farc, al parecer suministrada por inteligencia militar y que podría afectar la candidatura de Juan Manuel Santos.

Como era de esperarse, semejante ‘bomba’ causó estruendo en las dos campañas. Mientras la santista señala a Zuluaga de conocer las actividades ilegales de Sepúlveda, la uribista se reafirma en la tesis de la supuesta infiltración del hacker por parte de los estrategas de Santos con el único propósito de afectar gravemente las aspiraciones de Zuluaga.

De esta manera la baraja de candidatos –en la que hay muy buenos aspirantes con excelentes hojas de vidas– quedó reducida tan solo a dos de ellos, cuyos discursos difieren fundamentalmente en un tema: la negociación con las Farc en La Habana y el tratamiento que podrían recibir los guerrilleros de las Farc, una vez acuerden desmovilizarse.

Es decir, después de 16 años ese grupo guerrillero sigue marcando el derrotero político y electoral del país, como ocurrió durante los cuatro años de mandato de Andrés Pastrana, los ocho de Álvaro Uribe y los cuatro de Santos que terminan en agosto.

En esta ocasión, el dilema planteado de forma simplista es: ¿guerra o paz? Santos sostiene que –de ganar– Colombia alcanzaría la reconciliación con las Farc, después de más de 50 años de conflicto armado, mientras que Zuluaga afirma que –de ganar– no habrá impunidad con ese grupo guerrillero y que sus jefes, Timochenko entre ellos, no gozarán de privilegios como el de “ser premiados con curules en el Congreso”.

Para tratar de convencer a los electores, tanto Santos como Zuluaga se han valido de mensajes fatalistas que apuntan a intimidar a los colombianos. Santos señala que un triunfo de Zuluaga implicaría la entronización de un modelo “neofascista”, en cabeza del expresidente Uribe, mientras que Zuluaga sindica a Santos de pretender imponer en Colombia el modelo “castro-chavista”, que fracasó de manera estruendosa en Venezuela.

Al pretender imponer uno y otro discurso, ambos candidatos metieron la campaña en un lodazal en el que lo único que no hubo fue debates de ideas y programas, mientras que lo que sí abundó fueron los agravios, las ofensas y los insultos. ¿Volvieron los muebles viejos a la campaña? ¿Qué tanto podrá influir La Habana? ¿A qué juegan las encuestas? ¿Qué pasará en la segunda vuelta?

¿Prueba reina contra Óscar Iván Zuluaga?

La publicación de un video por parte de la revista ‘Semana’ en el que aparece el candidato Óscar Iván Zuluaga, su entonces “asesor espiritual” Luis Alfonso Hoyos y el ‘hacker’ Andrés Sepúlveda, capturado por la Fiscalía, en el que este último suministra información sobre jefes de las Farc y opina sobre cómo podrían afectar la campaña de Santos es el último capítulo de la guerra sucia que ambos candidatos se declararon hace ya varios meses y que terminó por llevar a la campaña presidencial a un lodazal de agravios. Según los santistas, el video es la “prueba reina” que demostraría que Zuluaga y Hoyos sí sabían de las actividades ilícitas del ‘hacker’, con lo que quedaría desvirtuada la tesis de su desconocimiento sobre las verdaderas actividades de Sepúlveda. Pero para los integrantes de la campaña de Zuluaga es todo lo contrario: el video es la prueba de que el ‘hacker’ fue infiltrado por la campaña de Santos para afectar gravemente las aspiraciones del candidato uribista. Prueba de ello, según la gente de Zuluaga, es que el ‘hacker’ venía de trabajar con el gobierno de Santos y con JJ Rendón. Sostienen que así como hay un video de Zuluaga con Sepúlveda, hay una foto de Santos con el mismo personaje en una reunión con varios “amigos”. La guerra sucia, pues, definirá al nuevo presidente.

Expresidentes, más protagonistas que nunca

La célebre frase según la cual los expresidentes terminan pareciéndose a los muebles viejos que después de prestar sus servicios nadie sabe qué hacer con ellos pocas veces se cumple en Colombia. Mucho menos en esta oportunidad, donde el único de ellos que ha estado ausente ha sido Belisario Betancur. Todos los demás hablan hasta por los codos. Samper se puso la camiseta de Santos desde el comienzo y Santos lo ha sabido premiar dándole participación en la nómina oficial y volviéndolo protagonista de primer nivel, luego del desprestigio que sufrió con cuenta del proceso 8.000. César Gaviria es el otro exmandatario liberal que aterrizó en la campaña oficialista en calidad de “jefe de debates” y con la única misión de confrontar directamente a Álvaro Uribe, el expresidente que acompaña a Zuluaga, mientras que Andrés Pastrana terminó muy lejos de Santos por cuenta de los diálogos de La Habana, pero –sobre todo– por el samperismo de Santos. De manera que los expresidentes no solo no se resisten a dejar de salir en la foto –como ocurre en la mayoría de los países– sino que quieren dejar por fuera de la misma a quienes aspiran a sucederlos. De hecho, en la campaña ya se habla más de Uribe que de Zuluaga y ahora más de Gaviria que de Santos.

Las Farc, otra vez en el eje de las campañas

Pase lo que pase el próximo domingo, es un hecho que las Farc terminaron siendo determinantes en la actual campaña presidencial. Si gana Santos, tendrán “presidente amigo” y si gana Zuluaga, entonces tendrán “presidente enemigo”. Así ocurrió con Pastrana en tiempos del Caguán, donde el mandatario se reunió, inclusive, con el jefe máximo de esa organización guerrillera, y la historia se repitió –pero desde la orilla de la confrontación militar– con Uribe, quien llegó a la Casa de Nariño con el firme propósito de derrotarlas militarmente. Tanto Pastrana como Uribe recibieron el mandato de los colombianos en ambos sentidos: el primero para firmar la paz y el segundo para vencerlas militarmente. Ninguno de los dos cumplió el compromiso. Santos –exministro de Defensa de Uribe– llegó a la Casa de Nariño para vencerlas en el campo de batalla, pero terminó dialogando con ellas. Los recientes anuncios de tregua unilateral de las Farc y de acuerdos en materia de narcotráfico –presentados en La Habana con bombos y platillos– buscan, sin duda, aclimatar un eventual acuerdo definitivo con ese grupo guerrillero y sumarle así algunos puntos en las encuestas a Santos, cuya candidatura sufre una especie de estancamiento.

Encuestas, ¿quién tiene la razón?

La más reciente encuesta de intención de voto realizada por Datexco para ‘El Tiempo’ y La W Radio muestra un empate técnico entre Santos y Zuluaga. El primero alcanza un 27,7 por ciento, mientras que el segundo logra un 25,6 por ciento. El voto en blanco muestra un 15 por ciento, mientras que Clara López y Enrique Peñalosa logran el 9,7 por ciento. Marta Lucía Ramírez registra un 9,4 por ciento y el 2,9 no sabe por quién votar. Otras encuestas recientes, entre ellas las del Centro Nacional de Consultoría, dan ganador por estrecho margen a Zuluaga sobre Santos en la primera y la segunda vuelta con un 24 y un 42 por ciento sobre un 22 y 34 por ciento de Santos, respectivamente. La firma Gallup, por su parte, también registra un empate técnico en primera vuelta entre Zuluaga (29,3) y Santos (29,0), mientras que en la segunda vuelta ganaría Zuluaga con un 42,5 por ciento, contra un 35,1 por ciento de Santos. Las encuestas –al igual que los medios de comunicación– están en el ojo del huracán por cuenta de amplios sectores de la opinión pública que cuestionan seriamente su papel y su imparcialidad en la actual contienda electoral.

Segunda vuelta, ¿quién con quién y quién contra quién?

Si como anuncian todas las encuestas, la segunda vuelta será entre Santos y Zuluaga, entonces tanto el uno como el otro deberán cuidarse mucho para no “graduar enemigos” que puedan ejercer en la ronda definitiva. El mejor ejemplo es el de Santos, que prefirió firmar la “pipa de la paz” con Gustavo Petro, quien había dicho en la plaza pública –luego de la crisis de su destitución por mandato del procurador Alejandro Ordóñez– que Santos le había “declarado la guerra”, antes de seguir perdiendo terreno electoral en Bogotá por cuenta del uribismo, como quedó evidenciado en las pasadas elecciones parlamentarias. Por los lados de Zuluaga es evidente que tiene grandes afinidades ideológicas con influyentes sectores del conservatismo, que podría respaldarlo en una segunda vuelta, al igual que podría suceder con los bloques no petristas que integran la llamada Alianza Verde, quienes optarían por el candidato uribista en lugar del presidente-candidato. La pregunta clave tiene que ver con el comportamiento –en esta instancia– de quienes van a votar en blanco en la primera vuelta, tendencia que aún muestra un significativo porcentaje en las encuestas: ¿se abstienen o toman partido por uno de los candidatos?

POR:
ÓSCAR MONTES – @LEYDELMONTES

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