Vestido de manera informal, el millonario de 77 años llegó esta mañana (local) al centro católico Sagrada Familia, en Cesano Boscone, cerca de Milán.
Numerosos periodistas se concentraron para ser testigos de la llegada de Berlusconi y decenas de cámaras de televisión intentaron con poco éxito captar imágenes ante la fuerte seguridad desplegada a la entrada del centro. El ex gobernante entró rápidamente al recinto, sin dirigir la palabra a la prensa.
Un opositor logró sin embargo gritarle: ”Todos los trabajadores italianos tenemos un sueño: Berlusconi en San Vittori» (una cárcel de Milán). Berlusconi fue condenado por delitos fiscales a cuatro años de cárcel en sentencia firme, pero debido a su edad no tendrá que ir a prisión. Para librarse de las estrictas condiciones de su arresto domiciliario, deberá trabajar en el centro geriátrico cuatro horas a la semana durante al menos dos meses y medio.
«Una sorpresa»
En el centro, Berlusconi tendrá que cuidar a personas mayores que sufren demencia o Alzheimer. Recientemente anunció su intención de dar una «sorpresa» y señaló que en las últimas semanas se informó mucho sobre nuevas terapias para los enfermos de Alzheimer.
«Espero que la llegada de Berlusconi no suponga un problema para nuestros pacientes, porque tenemos que cuidarlos», dijo el jueves el vicepresidente del centro, Cesare Kaneklin.
AFP