La Iglesia Católica y la Alcaldía de Barranquilla se enfrentan en estos días de Semana Santa por el cobro que hizo la administración de esta ciudad de un impuesto a las procesiones que se realicen por las calles de la ‘Arenosa’, durante los días de la Semana Mayor.
La polémica se inició cuando el párroco de la iglesia de San Francisco de Asís de Barranquilla, Gustavo Ortiz, se quejó ante los medios de comunicación por el cobro de impuestos a su parroquia para permitir las procesiones que realizarán en la Semana Santa.
«Pagamos 600 mil pesos en impuestos, discriminados en 150 por unos seguros, 80 mil por cada imagen, la defensa civil cobró 80 mil, y todos los gastos de impuestos fueron a Movilidad», señaló en su momento Ortiz.
Según el párroco de la iglesia, ubicada en la carrera 38 con calle 70, es la «primera vez» que este hecho ocurre y dice que es «ilógico» el pago de los impuestos a estos eventos religiosos.
Pero la alcaldesa de Barranquilla, Elsa Noguera de la Espriella, le salió al paso a estas críticas al señalar que «hay que seguir cobrando el impuesto a las procesiones por que la norma que regula este tipo de manifestaciones (un Acuerdo) aún está vigente”.
«Al menos que vaya al Concejo y se elimine ese artículo (con una nueva norma), lo que es una opción para evaluarse hacia el futuro», señaló la mandataria.
La mandataria explicó que este impuesto se cobra desde el 2005 cada vez que hay un evento en la calle, ya sea una carrera, una procesión o cualquier actividad que implique más de 300 personas, para poder garantizar la seguridad de la gente.
“En esta oportunidad llegó un párroco nuevo a la ciudad que va a realizar nueve procesiones. Obviamente que nueve procesiones por 63 mil pesos (cada una), se le creció mucho, a 600 mil pesos, pero es una tarifa que vienen pagando todas las iglesias. Obviamente que la mayoría hace una procesión”, explicó la primera autoridad del Distrito.
Dijo que tras conocer el tema, en la Alcaldía hicieron una recolecta para pagar el impuesto entre todos.
“Esto sirve de reflexión: la Iglesia Católica, sin duda, está necesitando que sus seguidores sean más generosos, que aprovechemos esta coyuntura para entender las dificultades que tiene la Iglesia, que es fundamental en nuestra sociedad. Por lo tanto, que sea la oportunidad para que los seguidores y los que pertenecemos a ella seamos más generosos y ayudemos a cubrir los gastos en que incurren”, dijo.
«La fe no tiene que ser gravada con impuestos»: monseñor Salazar
La polémica llegó este Martes Santo hasta la Conferencia Episcopal. Su presidente –y quien fue arzobispo de Barranquilla-, monseñor Rubén Salazar, no solo se declaró sorprendido por el cobro de los impuestos de movilidad a los religiosos, sino que advirtió que la fe “no puede ser gravada”.
«Para mí eso es una sorpresa enorme lo que está sucediendo en Barranquilla. Yo fui obispo de Barranquilla durante 11 años y eso jamás sucedió, por lo tanto, debe ser una disposición reciente y una disposición que me parece a mí que no tiene mucho sentido», manifestó.
Monseñor Salazar dijo que no se puede tributar el derecho a asistir a las celebraciones de la Semana Mayor.
«Hay un derecho fundamental de expresar públicamente la fe y por lo tanto no tenemos por qué ser gravados con ningún tipo de impuestos, ni con ningún tipo de pólizas», indicó.
Finalmente, el jerarca de la Iglesia Católica colombiana sostuvo que las procesiones en el marco de Semana Santa son una manera de expresar la fe de manera pública y contundente.