El proceso de selección del futuro presidente del Banco Mundialentra en su fase final con el candidato respaldado por EE UU Jim Yong Kim, mientras sus contendientes, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala y el colombiano José Antonio Ocampo, tratan de subrayar la pertinencia de un cambio.
El venezolano Moisés Naím, investigador principal del Carnegie Endowment for International Peace señaló que “la situación es más fluida de lo esperado, principalmente por las deficiencias del candidato de EE UU”.
Sin embargo, a juicio de Naím, “la realidad es que se trata de una charada, no es una competencia abierta. Hay un candidato de EE UU, y dos espontáneos”, en referencia al acuerdo tácito de que un estadounidense presida el Banco Mundial desde su fundación en 1944.
Los tres candidatos viajarán la semana entrante a Washington para entrevistarse con los 25 miembros del Directorio Ejecutivo del Banco Mundial, que tiene previsto nombrar al nuevo presidente en los encuentros de primavera que organiza junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre el 20 y el 22 de abril.
Después del anuncio hecho en la Casa Blanca, Kim se embarcó en una gira mundial que le ha llevado a Etiopía, China, Japón, Corea del Sur, India, Brasil, Bélgica y México.
Por su parte, y con menos recursos, Okonjo-Iweala y Ocampo han tratado de ganarse el respaldo de sus regiones de origen para aportar solidez a su candidatura en su reivindicación de candidatos de los países emergentes. La actual ministra nigeriana de Finanzas, que ya trabajó en el Banco Mundial, recibió rápidamente el apoyo de la Unión Africana, y medios de comunicación de prestigio en el ámbito económico como la revista The Economist, quienes han apostado explícitamente por ella.
La candidatura de Ocampo, exministro de Hacienda y de Agricultura y actual profesor en la Universidad de Columbia de Nueva York, se ha mostrado más endeble, y ni siquiera Colombia le ha otorgado su respaldo.
En una reciente conferencia en el Peterson Institute de Washington, Subramanian manifestó que “es una mejora respecto al pasado, ya que hay un debate honesto sobre los candidatos. No obstante, lo que lo convierte en un proceso algo amañado es que entre Europa y EE UU tienen la mayoría de los votos, y si acuerdan un nominado, será el elegido”.
“La buena noticia es que el proceso se ha abierto, pero la cuestión es que la negociación quizá ya se haya producido entre bambalinas”, agregó Subramanian.
Varios analistas, apuntan que una de las claves, es que Europa le debe a EE UU el apoyo recibido el pasado año por la entonces ministra de Finanzas de Francia Christine Lagarde para convertirse en la nueva directora gerente del FMI, frente al candidato “emergente”, el presidente del Banco Central de México, Agustín Carstens”.
Naím considera la candidatura de Kim como “imaginativa”, pero precisa que su experiencia está muy marcada en el ámbito de la salud global.
Otro de los puntos que juegan en contra de Ngozi y Ocampo es que las grandes economías emergentes, como el grupo de los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), no han logrado una posición conjunta, pese a sus llamados a una mayor representatividad en las instituciones internacionales.
“Sólo hay que recordar lo que ocurrió el pasado año con Carstens en el Fondo Monetario Internacional. Ni Brasil ni China apoyaron finalmente su candidatura. Sus intereses en muchas ocasiones no son convergentes, pese a la retórica”, explicó Naím.
Esta semana, precisamente, el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, recibió al doctor Kim, a quien consideró un “excelente candidato”, aunque aclaró que el Gobierno brasileño aún no ha decidido a quién apoyará.