Guía para evaluar alcaldes en sus primeros 100 días

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Por: Ricardo Galán.–

Los alcaldes que elegimos en octubre llegan a sus primeros “100 días de Gobierno”. Un hito que aprovechan medios de comunicación y comunidades para hacer una primera evaluación sobre su gestión.

 

Las encuestas, los programas de micrófonos abiertos y las redes sociales les preguntamos a los ciudadanos como califican a sus alcaldes, como creyendo que la gente entiende el funcionamiento del Estado y los avatares de la política y el gobierno.

 

Como un aporte para que esa evaluación ciudadana sea un poco más informada y equilibrada les sugiero considerar antes estos elementos de juicio:

 

No es fácil pasar de la campaña al gobierno. En las campañas los candidatos suelen especular y exagerar con sus propuestas para ganar votos, pero una vez en el puesto la cruda realidad los aterriza.

 

  • Después de aprender en donde queda el baño, como se prende el computador, cual es el número de la extensión de la secretaria y como se maneja el teléfono, los alcaldes recién posesionados se estrellan con la cruda realidad.
  • Las cifras de ensueño que les mostró su antecesor durante el empalme no coinciden con las reales. Generalmente son peores.
  • En ese primer día de gobierno los alcaldes encuentran que el presupuesto está comprometido hasta el tope y que sólo hasta su segundo año podrán empezar los planes y programas que ofrecieron.
  • En la práctica, el periodo real de un Alcalde empieza en su segundo año de Gobierno y termina con el primero de su sucesor.
  • El proceso administrativo más rápido en Colombia toma 6 meses. Así que pedirle a los nuevos gobernantes obras concretas en 100 días no tiene sentido.
  • Los alcaldes tienen que presentar un Plan de Desarrollo al Concejo y elaborar sus presupuestos de acuerdo con él y el Plan de Ordenamiento Territorial de cada municipio. Lograr su aprobación toma por lo menos 8 meses.
  • Los electores aún no entendemos la importancia de elegir suficientes concejales de la misma línea del alcalde para que este pueda gobernar. Un alcalde sin mayoría en el Concejo tendrá muchas dificultades para sacar adelante las propuestas por las cuales lo votamos.
  • Los alcaldes dependen de los gobiernos departamental y nacional para conseguir recursos financieros, legales y políticos para sacar adelante sus proyectos. Asimilar esa realidad y abrir las puertas necesarias toma tiempo. Demasiado a veces.
  • Los alcaldes dependen del Gobierno Nacional para temas sensibles para la ciudadanía como la seguridad, el medio ambiente, las regalías, algunos impuestos y la prestación de servicios públicos esenciales como la educación, la salud, el transporte masivo, la energía, el agua o las vías.
  • Los alcaldes dependen de los gobernadores para vías de acceso, prevención y atención de emergencias y servicios básicos de salud, recreación y bienestar social.

Por supuesto estas consideraciones no pueden ser disculpa para exigir un buen desempeño a los alcaldes, al fin y al cabo, como dirían los abuelos al desayuno se sabe como será el almuerzo.

 

Y claro, debemos considerar que es posible que hayamos metido la pata y elegido al tipo equivocado. Hora en la que debemos recordar que el mandato de los alcaldes puede ser revocado por los ciudadanos cuando consideremos que no cumplieron con lo que nos prometieron en la campaña.

 

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