EEUU promete lucha sin tregua contra extremistas tras operativos en Libia y Somalia

Compartir:

Estados Unidos prometió este domingo seguir combatiendo sin tregua a los extremistas, tras dos operativos especiales contra jefes islamistas sospechosos de actos terroristas, uno en Libia, donde fue capturado un presunto miembro de Al Qaida, y otro en Somalia, contra un jefe de los shebab.

En Libia, las autoridades exigieron una explicación sobre lo que calificaron de «secuestro» de Abu Anas al Libi, uno de los presuntos líderes de Al Qaida, buscado por Estados Unidos que lo acusa de haber jugado un papel clave en los atentados contra sus embajadas en Tanzania y Kenia en 1998.

Un alto funcionario estadounidense indicó a la AFP que Abu Anas, que figura en la lista de personas más buscadas por el FBI con una promesa de recompensa de 5 millones de dólares, estaba siendo trasladado a bordo de un navío de guerra de la Marina estadounidense que se encontraba en la zona, donde está siendo actualmente interrogado.

Somalia tuvo una reacción más positiva: el primer ministro Abdi Farah Shirdon dijo que su gobierno cooperaba con sus «socios extranjeros en la lucha contra el terrorismo» y que esa cooperación «no era un secreto», luego de la operación el sábado de comandos de los Navy SEAL contra un líder islamista de los shebab, con nexos con Al Qaida, en el puerto de Barawe (sur).

El secretario de Defensa Chuck Hagel explicó en un comunicado el domingo que Abu Anas estaba desde ahora «detenido por Estados Unidos».

Anas está «en un lugar seguro, en el exterior de Libia», había confirmado antes el portavoz del Pentágono, George Little, afirmando que la operación «había sido aprobada por el presidente Obama». Y que podría ser transferido a Etados Unidos.

Los golpes se producen un mes después del ataque a un centro comercial de Nairobi por parte de esas milicias islamistas, que dejó 67 personas muertas.

«Estas operaciones en Libia y Somalia envían un fuerte mensaje al mundo de que Estados Unidos no ahorrará esfuerzos en hacer justicia con los terroristas, no importa dónde se escondan o por cuánto tiempo logren evadir la justicia», continuó Hagel.

«Continuaremos manteniendo la incansable presión sobre los grupos terroristas que amenacen a nuestra población y a nuestros intereses, y conduciremos operaciones contra ellos», dijo.

De similar manera se pronunció el secretario de Estado John Kerry, desde Bali, Indonesia: «Nosotros esperamos que esto deje claro que Estados Unidos jamás cesará en sus esfuerzos de atrapar a los culpables de llevar a cabo actos de terrorismo».

No hubo bajas estadounidenses en los operativos, pero sí murieron varios miembros de los shebab en Somalia, según informó un funcionario norteamericano.

«El gobierno libio sigue las informaciones sobre el secuestro de uno de los ciudadanos libios buscados por las autoridades de Estados Unidos», dijo un comunicado del gobierno de transición publicado en Trípoli el domingo.

La CNN, que citaba un responsable de Estados Unidos, había indicado con anterioridad que el gobierno libio estaba informado de esta operación, llevada a cabo a plena luz del día en Trípoli.

Esta captura pone fin a una persecución de más de trece años de Abu Anas al Libi, de 49 años, miembro del Grupo Islámico de Combate Libio (Gici) antes de sumarse a Al Qaida.

Según los medios estadounidenses, la operación fue llevada a cabo por los Navy Seals asistidos por el FBI y la CIA.

Pero el hijo del detenido, Abdala al Raghie afirma que el gobierno libo estaba implicado en la captura. «Los que secuestraron a mi padre son los libios. Su apariencia es de libios y hablaban un dialecto libio», afirmó el joven ante periodistas en las puertas de su casa familiar. Trípoli desmintió formalmente haber dado autorización a esta operación.

En Somalia, el objetivo era un líder de los shebab de «gran importancia», según una fuente estadounidense.

La operación supone la intervención más importante de Estados Unidos en el país desde que fuera abatido hace cuatro años en la misma zona el dirigente de Al Qaida Saleh Ali Saleh.

Según una autoridad estadounidense citada por el diario The New York Times, probablemente el dirigente shebab haya muerto, pero las fuerzas especiales tuvieron que retirarse sin poder confirmar su muerte.

Estados Unidos tomó «todas las precauciones para evitar muertes civiles» y se retiró del lugar luego de que ocurrieran bajas de milicianos shebab, dijo la fuente, que señaló que no podía identificar a las personas muertas.

Los shebab anunciaron haber sido atacadas, pero por fuerzas especiales británicas y turcas, que habrían tenido como objetivo una de sus bases en el puerto somalí de Barawe (sur), uno de los pocos puertos aún controlados por los shebabs. Londres y Ankara desmintieron estos operativos.

Interrogado por la AFP, el portavoz shebab Abdulaziz Abu Musab reportó la muerte de un shebab entre sus filas y «numerosas víctimas» entre las fuerzas extranjeras.

A pesar de los reveses militares infligidos por el Ejército etíope y una fuerza de la Unión Africana a los shebabs estos dos últimos años en el centro y el sur de Somalia -en guerra civil desde 1991-, los islamistas siguen controlando amplias zonas rurales.

Somalia está en guerra desde la caída del presidente Siad Barre en 1991.

Compartir: