La alocución presidencial: una inyección de optimismo

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Por: Ricardo Galán.–

Es evidente la preocupación del presidente, Juan Manuel Santos por el creciente pesimismo de los colombianos frente a su gestión y el futuro del país y la decisión del Gobierno de enfrentarlo.

El discurso de la noche del miércoles, a la hora en que millones de colombianos se sientan frente a sus televisores para enterarse de las noticias del día así lo demuestra. Santos decidió acudir a la figura de la Alocución, que obliga a todos los canales de TV y estaciones de radio del país a transmitirla, para tratar de inyectarle una poderosa dosis de optimismo.

Aprovechó el presidente dos indicadores a su favor entregados esta semana por el Dane. La reducción del desempleo y la pobreza.

El discurso con una alta intención emotiva acudió a términos como fe, optimismo, esperanza y orgullo. A expresiones como “vamos por el camino correcto” y “avances significativos” palabras pronunciadas con fuerza, mirando de frente a la cámara y apoyándolas en gestos firmes.

Por primera vez, el Presidente no comparó su gestión con la de sus antecesores. Acudió a comparar las cifras del primer día de su mandato con las de hoy. Al fin parece dejar de lado el espejo retrovisor.

El manejo de las cifras fue adecuado. No se refirió a porcentajes, que es lo normal, pero nadie los entiende, sino que habló de cifras completas, con todos sus decimales y acudiendo a comparaciones del tenor. “es como si todos los habitantes de Medellín hubiera salido de la pobreza”. No creo que haya utilizado a la capital de Antioquia como ejemplo de manera gratuita.

Al final rescató el eslogan de su campaña “Prosperidad para todos” y el de la última parte de su Gobierno “Un país más próspero, más justo.” Insistió en decir que no hay que caer en la trampa del pesimismo porque según Santos hay razones para creer en un mejor futuro. Para ser optimistas.

La puesta en escena impecable. Vestido del color preciso. Fondo tranquilizante, sencillo, concentrando toda la atención en un orador rejuvenecido, tranquilo, firme, sonriente.

El mensaje fue enviado de manera sencilla, clara y contundente. Habrá que si los ciudadanos lo creen.

PD: Sólo un lunar. A la misma hora en que se transmitió la alocución el Presidente habla ante un auditorio en Cali.

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