Protestan en Bogotá en apoyo a paros campesinos

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Unas mil personas participaron el miércoles en la céntrica Plaza de Bolívar de esta capital en una manifestación de apoyo a los paros de pequeños cultivadores, entre otros gremios, que mantienen al gabinete del presidente Juan Manuel Santos en incesantes negociaciones para conjurar la crisis.

La mayor central de trabajadores de Colombia, sin embargo, había dicho en la mañana que aspiraba a que por lo menos 10.000 personas se hicieran presentes en el «cacerolazo».

Pese a que la asistencia a la protesta no fue como la esperaban sus organizadores, la policía instaló a unos 100 agentes antimotines para evitar desmanes como los ocurridos el jueves de la semana pasada, también en el centro de Bogotá.

«No podemos creer en un gobierno que tiene un modelo de desarrollo denominado ‘las cinco locomotoras’ y en el cual ha excluido el tema social, y ahora que la gente empieza a movilizarse, porque está prácticamente al borde la miseria absoluta… ahora sí el gobierno atiende esta situación» e implanta mesas de negociaciones, dijo Luis Alejandro Pedraza, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores —la mayor del país y que convocó la protesta— en diálogo telefónico con The Associated Press

La manifestación se inició a las 2300 GMT en la Plaza de Bolívar.

La CUT reúne a por lo menos 630.000 trabajadores, desde profesores y maestros hasta empleados del sistema de salud y del sector energético.

El gobierno de Santos asegura que su plan de desarrollo para Colombia se basa en cinco «locomotoras» o sectores que pueden impulsar el crecimiento del país: la construcción de viviendas, la infraestructura, la minería, la agricultura y la innovación tecnológica.

El gobierno ha sufrido en los últimos meses paros y bloqueos de carreteras por parte de pequeños agricultores, el gremio de transportadores de carga, cultivadores de coca y café y mineros artesanales, entre otros, algunos de los cuales desembocaron en violentos disturbios.

Aunque desde principios de año el gobierno mantiene mesas de negociaciones con distintos sectores, como el de los transportistas, los diálogos no han llegado a un acuerdo completo que neutralice las amenazas de nuevas paralizaciones.

«Esta convocatoria (al cacerolazo) obedece a mantener un espíritu solidario y pacífico con los sectores que están en conflicto, fundamentalmente el sector agropecuario que todavía no llega a acuerdos finales», explicó Pedraza.

Pequeños agricultores de papa, cebolla y lecheros de los centrales departamentos de Boyacá y Cundinamarca, así como de Nariño, en el sur del país, negocian desde el 27 de agosto con el gobierno un acuerdo sobre sus demandas, las cuales abarcan desde subsidios a la producción hasta el control de las importaciones agrícolas y la renegociación de tratados de libre comercio.

A la vez el gobierno también lleva negociaciones con campesinos en la zona del Catatumbo, en el noreste colombiano, y con transportadores de carga, que piden descuentos de cerca de un dólar en el precio del galón de combustible porque aseguran que sus costos actuales los hacen trabajar a pérdida.

Fuente AP

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