Miles de trabajadores marchan en Chile por mejores salarios

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Chile. Miles de trabajadores marcharon hoy en diversas ciudades de Chile, demandando mejores remuneraciones, en medio del debate en el Congreso por el alza del salario mínimo. «Ya es suficiente que el crecimiento del país sea a costa de la explotación de los trabajadores», arengó en la capital la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores, la docente Bárbara Figueroa. El llamado a huelga nacional, que concentró fuerzas en servicios públicos, puertos y mineras, fue criticado por el ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien negó que tuviera respaldo. Chadwick, tras lamentar la instalación de barricadas y la quema de un bus en la capital, informó que al menos 24 personas fueron detenidas durante el inicio de la jornada. Por su parte, la dirigenta Bárbara Figueroa cifró en un 95 por ciento la paralización en el sector público. También valoró las protestas en la minería y los puertos, en apoyo a las mejoras laborales. Las autoridades, que enfrentan comicios presidenciales y legislativos en noviembre, aún no logran llegar a un acuerdo sobre si elevan la remuneración base a 414 o 420 dólares. Actualmente es de 394 dólares. En comparación, países como Francia, Japón, Holanda, Nueva Zelanda, Portugal y Estados Unidos poseían un salario mínimo 2,2 veces superior al de Chile cuando tenían el mismo ingreso per capita. La movilización, enmarcada en la ola de protestas que estallaron en 2011, surgió a diez días de que el Banco Mundial (BM) dijera que Chile ya es un país de ingresos altos, como Alemania o España. De hecho, el ingreso por habitante alcanzó los 21 590 dólares por paridad de compra, según indicó en Santiago el propio presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, junto al mandatario Sebastián Piñera. Sin embargo, la desigual distribución de la riqueza provoca malestar en los trabajadores, pese a que el desempleo ronda el seis por ciento desde hace meses. El uno por ciento más rico acapara un tercio de los ingresos del país. Asimismo, la mitad de los trabajadores percibe salarios menores de 500 dólares. Además, un millón de obreros recibe remuneraciones por debajo de la línea de la pobreza actualizada, según la Fundación Sol, entidad especializada en temas económicos. La legislación laboral, heredada de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), merma la sindicalización y permite incluso a las empresas contratar operarios durante las huelgas. Como consecuencia, sólo un ocho por ciento de los trabajadores chilenos está sindicalizado, lo que reduce su capacidad de negociación. Desde 1990, los salarios reales crecieron un 20 por ciento, mientras que la rentabilidad de las empresas lo hizo en un 90 por ciento, según cifras oficiales.

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