Guatemala emprendió este miércoles una ofensiva diplomática por la despenalización de las drogas, mientras la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano, concluía su gira por México y Centroamérica en la que rechazó esa propuesta y pidió más guerra al narcotráfico.
La vicepresidenta guatemalteca Roxana Baldetti visitó temprano Panamá, igual que Napolitano, y en la tarde Costa Rica en un recorrido por Centroamérica para promover la iniciativa del presidente Otto Pérez de debatir la despenalización de las drogas como forma de ayudar a frenar la violencia que genera el narcotráfico en la región.
«Hoy más que nunca se necesita el trabajo de toda Centroamérica contra la drogas. No pueden seguir muriendo más centroamericanos en un problema que no es nuestro», dijo Baldetti en San José.
En cada escala de su viaje de tres días, que incluyó a México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica y Panamá, Napolitano señaló que Washington «no cree que la despenalización sea la solución», sino la acción policial, mayores controles fronterizos y la prevención del consumo.
«Encaramos una variedad de amenazas que impactan nuestra seguridad común (pero) este desafío da la oportunidad de crear alianzas que nos beneficien mutuamente fortaleciendo la seguridad fronteriza, interrumpiendo y desmantelando organizaciones transnacionales criminales», dijo en Panamá, antes de partir.
Pese al rechazo que enfrenta la propuesta de Estados Unidos y en la región, Baldetti conversa con los presidentes centroamericanos para unificar una postura sobre el tema de las drogas de cara a la Cumbre de las Américas, el 14 y 15 de abril en Cartagena, Colombia.
«Estados Unidos tiene su propia postura, la cual respetamos pero como países centroamericanos tenemos que discutir nuestros propios problemas porque al final afectan a nuestros ciudadanos», expresó en Panamá Baldetti.
«La propuesta del presidente Pérez es para intentar un diálogo abierto, franco, que hable sobre despenalización, pero no es el único tema», aclaró en San José.
Tras reunirse con Baldetti, la presidenta costarricense Laura Chichilla dijo avalar «un debate serio y riguroso» que vaya «más allá» de la despenalización, porque «Centroamérica va más bien para atrás».
«Cuando se habla de temas del narcotráfico, crimen organizado y la violencia, las cosas no están bien», apuntó Chinchilla.
Pero la iniciativa guatemalteca enfrenta resistencias. Aprovechando la visita de Napolitano a El Salvador, el presidente Mauricio Funes expresó su rechazo a una despenalización porque «podría convertir a Centroamérica en paraíso del tráfico y consumo de la droga».
El presidente panameño Ricardo Martinelli expresó a Baldetti su interés de «intensificar la lucha contra la droga»; el mandatario hondureño Porfirio Lobo ya informó de su oposición por anticipado y Nicaragua aún no se pronuncia. La funcionaria guatemalteca viaja a Tegucigalpa y Managua el jueves.
Desde hace dos semanas, Pérez viene insistiendo en la necesidad de abrir un debate entre los países afectados por la producción, tránsito y consumo de drogas, pero sin explicar qué implicaría una despenalización.
Guatemala es el país de Centroamérica que más sufre por la penetración de cárteles mexicanos como Los Zetas, que han desplazado sus operaciones a la región, ante la guerra abierta que se libra en México contra el narcotráfico.
El narcotráfico, que tiene como estrechos aliados a pandillas locales y ha infiltrado policías y órganos de justicia, convirtió a Centroamérica en la región más violenta del mundo.
Centroamérica y México, por donde pasa 90% de la droga de Sudamérica hacia Estados Unidos, son objeto de presiones de Washington para que redoblen la guerra contra el narco.
Los gobiernos de la región reclaman más cooperación a Estados Unidos y que, como mayor consumidor de drogas del mundo, haga su parte en bajar la demanda, más que exigir resultados en la persecución al narcotráfico. (agencias)