En un enigma se convirtió llegada de Naranjo a huestes de Santos

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COLPRENSA: El anuncio de la llegada del general (r) Óscar Naranjo a la dirección ejecutiva de la recién resucitada Fundación Buen Gobierno fue un claro mensaje para el uribismo y una importante movida política con la que el presidente Juan Manuel Santos busca darle peso al tema de seguridad y con la que piensa ganarle espacio al Puro Centro Democrático.

Al aceptar este cargo, Naranjo cerró de manera tajante cualquier posibilidad de regresar a las huestes uribistas, que hasta hace unos meses le estaban coqueteando. Además de su participación como negociador del Gobierno en los diálogos de paz, este espaldarazo del general al gobierno de Santos lo perfila como una fuerte figura dentro de un posible segundo periodo presidencial del actual Mandatario.

El paso que ha dado el general Naranjo con su incursión en la política está, de momento, cobijado por su inclusión en una campaña liderada por dos políticos que a nivel nacional han tenido resultados electorales exitosos como Santos o Germán Vargas Lleras.

Su figura es tan fuerte, que a Naranjo lo meten en la baraja de varias dependencias: la Vicepresidencia, el Ministerio de Defensa, una embajada, y hasta como otro de los candidatos presidenciables de Juan Manuel Santos. Abanderando siempre el tema de la seguridad.

Sin embargo, los expertos consultados por Colprensa señalan que en el único espacio en que no lo ven es en el Congreso de la República. La razón radica en su inexperiencia en la política electoral y legislativa. Pero, además, el hecho de medirse electoralmente constituye un ejercicio que, entre otras cosas, nada le gustaría a quien será la cabeza de la Fundación Buen Gobierno, Germán Vargas Lleras.

El director de la Fundación DeJusticia, Juan Carlos Lancheros, explica que dentro de unos comicios electorales, el general Naranjo podría quedar con un capital político muy grande que de pronto no le va a gustar a Vargas Lleras, que ha buscado llegar a la Presidencia.

POSIBLE FÓRMULA VICEPRESIDENCIAL

El columnista y analista de temas de seguridad León Valencia considera que es muy posible que el Naranjo sea la fórmula vicepresidencial, pero sería una figura muy atípica y fuerte.

“No sería un personaje de adorno, sino que podría jugar en la parte de contenidos en un gobierno que tiene una responsabilidad muy grande en temas claves”, explicó Valencia, y agregó que Naranjo sería una figura estratégica para hacerle frente a temas sensible para América Latina como el narcotráfico.

Esa es la razón por la que el presidente mexicano Enrique Peña Nieto se lo llevó para su país como asesor de seguridad y es lo que lo tiene en la dirección del Instituto Latinoamericano de Cudadanía.

Al respecto, el investigador y analista Alejo Vargas piensa que el general Naranjo podría ser un eventual candidato vicepresidencial, al igual que Germán Vargas Lleras, ante una posible candidatura presidencial del Juan Manuel Santos.

Sin embargo, aclara que aún es muy prematuro saber cuál será el papel del general dentro de una segunda aspiración presidencial del Mandatario, y eso solo se sabrá hasta noviembre próximo, cuando Santos oficialice o no su deseo de ocupar la Casa de Nariño por otros cuatro años.

Quien no ve tan clara la participación de Naranjo en la vicepresidencia es el director de DeJusticia. Para Lancheros, esta figura es el contrapeso al Ministro de Defensa de turno y al Presidente en temas de orden público y no cree que el general Naranjo sea la persona indicada para asumir dicho rol.

Además, la figura del vicepresidente es muy importante en el momento de la campaña, pero esto cambia durante el gobierno. El general Naranjo tiene un perfil de tal nivel que en una vicepresidencia puede verse limitada su capacidad de ejecución.

“Para efecto de las elecciones puede jalonar, pero de pronto, pensando en el gobierno, no es tan bueno”, explica Lancheros, y añade que el general podría tener un papel más destacado en un ministerio o en una embajada.

Fuera de esto, se debe tener en cuenta que el presidente Santos ya cuanta con la experiencia de lo que sucedió con Angelino Garzón, con quien tuvo diferencias ideológicas que terminaron marginándolo del Gobierno.

BANDERA DE LA SEGURIDAD

Cualquiera que sea la participación del general Naranjo en el próximo gobierno, será un abanderado de la seguridad. Por lo pronto, el papel que jugará en conformar la Fundación Buen Gobierno tendrá el mismo norte.

Para Valencia, el general Naranjo representó el símbolo de la seguridad durante el gobierno de Uribe, por lo que el logro de Santos de incorporarlo en su equipo de trabajo envía un mensaje al país de seguridad y confianza.

“Él será el estructurador de temas de seguridad y conviencia. Es la persona que puede pensar cómo será el postconflicto si se firma un proceso de paz o manejar el conflicto en caso de que siga”, aseguró Valencia, y explicó que el general es un conocedor de temas de crimen organizado y violencias múltiples a nivel urbano, por lo que será muy valioso en una eventual etapa de postconflicto.

Al respecto, el politólogo y docente de la Universidad Javeriana Fernando Giraldo considera que el mensaje se extiende a la comunidad internacional, sobre todo porque el nombramiento de una figura que fue Director de la Policía Nacional (elegido en su momento como el Mejor Policía del Mundo por la Asociación Internacional de Policía, y ahora es un negociador de la paz) muestra el carácter institucional que tiene el presidente Santos de respetar los Derechos Humanos, las leyes y de trabajar en la legalidad.

SU PAPEL EN EL PROCESO DE PAZ

Las opiniones de los expertos están divididas frente a si el general Naranjo debe o no continuar como negociador del Gobierno en el proceso de paz si decide participar en la campaña presidencial que impulse la Unidad Nacional.

Por el momento, su papel en la Fundación Buen Gobierno no es un obstáculo para que siga siendo parte de la delegación negociadora, ya que aún no está formalmente haciendo campaña. Para el analista Alejo Vargas, dicha Fundación es de carácter privado y en ella pueden participar personas que estén o no en medio de las negociaciones de paz.

Entretanto, Giraldo y Lancheros coinciden que, ante una eventual participación de Naranjo en la segunda campaña presidencial de Santos, no sería recomendable que el general continuara como uno de los negociadores. La razón: se mezclaría el proceso de paz con la campaña reeleccionista de Santos, lo cual no facilitaría los acuerdos y es justamente lo que el gobierno no quiere que suceda.

Para Valencia, esto es inevitable y todo se empezará a combinar, pues en este momento la política y las negociaciones de paz están íntimamente ligadas, y esto se verá reflejado con mayor claridad en la posible campaña presidencial del Santos.

“La clave de la campaña electoral será el tema de paz. Ese será el tema de discusión, y no la seguridad ni el tema del conflicto”, explicó Valencia y aclaró que, de no ser así, se les estaría abriendo un espacio importante a los uribistas.

Por eso, cree que la participación de Naranjo en la Fundación Buen Gobierno no se contrapone con su papel como negociador de paz, puesto que considera que el general será una persona clave al final de las negociaciones cuando se traten asuntos de dejación de armas y seguridad. “Hasta ahora, ha jugado un papel más simbólico”, señaló Valencia.

Por el momento, lo único claro es que el general Naranjo ha dado un mensaje inequívoco sobre su solidaridad con las políticas de Santos, y dio un paso que lo aleja abismalmente del uribismo.

Aún es muy pronto para saber cómo será su participación política en la campaña presidencial que respalde la Unidad Nacional y eso dependerá del papel que en ella jueguen Vargas Lleras y el presidente Santos. Pero si el Mandatario decide lazarse nuevamente a la Presidencia, rodearse de personas con el prestigio del general Naranjo dota de legitimidad su eventual campaña.

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