La exrehén de las Farc Ingrid Betancourt afirmó hoy que cree que el presidente Juan Manuel Santos, «va a lograr la paz» a través de los diálogos que mantiene su Gobierno con el grupo guerrillero desde 2012 en Cuba.
En una entrevista emitida hoy por la televisión pública de Bogotá, Betancourt expresó su confianza en Santos, quien fue su jefe en el Ministerio de Comercio Exterior en la década de los 90.
Santos «lo está haciendo bien…no tiene ningún complejo mesiánico, no está pensando que él tiene la verdad revelada pero creo que él, con su intuición, va a lograr la paz», dijo Betancourt en el programa «Hablemos de Paz y Derechos Humanos», que conduce el ex juez español Baltasar Garzón.
«Él está sembrando lo necesario para lograr la paz, y si no lo logramos con Juan Manuel Santos, lo veo muy difícil. ¿Quién podría?», se preguntó la colombo-francesa, quien era candidata presidencial en 2002 y fue secuestrada por las Farc durante su campaña.
El proceso de paz que el Gobierno de Santos negocia desde noviembre de 2012 con las Farc en La Habana es el tercer intento de diálogo con esta guerrilla, después de más medio siglo de conflicto armado interno.
La ex secuestrada justificó su fe en la gestión del presidente al considerar que «hay una racionalidad entre el hecho de haber comenzado su mandato haciendo una Ley de Víctimas (y Restitución de Tierras) para abrir un espacio de credibilidad con una guerrilla que finalmente se siente en la mesa de la paz».
Santos defendió desde los primeros momentos de su Gobierno en 2010 esta ambiciosa norma que comenzó a regir el año pasado, algo «extraordinario» que, a modo de confidencia, Betancourt atribuyó al «liderazgo personal» del mandatario.
«Aprobar una Ley de Tierras es un tema muy difícil para un Congreso de terratenientes, y sin embargo se logró», señaló.
Betancourt, quien permaneció secuestrada entre 2002 y 2008 y recobró la libertad en un cinematográfico operativo de rescate durante el Gobierno de Álvaro Uribe, llamó a aprovechar este proceso de paz porque «es una gran oportunidad histórica».
«Si nosotros no hacemos la paz ahora, ¿cuántas generaciones más estarán en la guerra? ¿Dos, tres, cuatro o diez? Nosotros sabemos cuándo empieza la guerra, nunca sabemos cuándo para», anotó.
«Hoy tenemos una bellísima oportunidad. Y para que eso se concrete tenemos que cambiar de corazones», propuso al desechar los «gritos apasionados», el odio y las acusaciones sin sentido del camino hacia la eventual paz y postconflicto.