El primer ministro de Siria, Wael Nader al-Halqi, sobrevivió este lunes a un atentado terrorista con una poderosa bomba que fue detonada al paso del carro en el cual se movilizaba por el centro de Damasco.
La explosión causó cuatro muertos y numerosos heridos, así como graves estragos en los alrededores, incluida una guardería y una escuela.
El presidente del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, precisó que el atentado fue perpetrado con un coche bomba y que uno de los muertos es un acompañante del primer ministro.
Una fuente oficial declaró a SANA que “la explosión terrorista estaba dirigida al convoy del primer ministro, el doctor Wael al-Halqi. Sin embargo, el Premier sobrevivió a la explosión y está en un sitio seguro. Sin embargo, uno de sus guardaespaldas sí perdió la vida en el incidente.
De igual manera, la fuente aseguró que el Jefe de Gabinete no resultó herido y agregó que, de inmediato, las autoridades iniciaran las labores de experticia correspondientes para determinar quién pudo haber detonado la bomba, ya que, hasta el momento, ningún grupo ha reivindicado el ataque.
La agencia SANA recordó que no se trata de la primera vez que grupos terroristas atentan contra responsables del Gobierno de Bashar al-Assad en la ciudad de Damasco, pues tanto funcionarios, como también sedes gubernamentales, han sido objeto de ataques violentos.
Uno de los ataques más grave ocurrió el pasado 18 de julio, cuando una brigada rebelde atacó la sede de la Seguridad Nacional en la capital siria, dejando “descabezada” a la cúpula de la Defensa del país.
El Gobierno sirio lucha desde hace más de dos años contra grupos armados ilegales que intentan derrocar al presidente constitucional, recibiendo apoyo y financiamiento de potencias occidentales como Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña; y de países vecinos del Medio Oriente como Turquía, Israel Arabia Saudita y Qatar.
El presidente Al-Assad ha llamado al diálogo en numerosas ocasiones, estableciendo como única condición que los grupos terroristas cesen sus ataques contra las instituciones del Estado y contra el pueblo sirio en general. No obstante, los grupos irregulares han decidido continuar con su guerra armada