Por Carlos Obregón
Este miércoles (17 de abril) la plenaria del Senado inicia el debate sobre el matrimonio de parejas del mismo sexo, un proyecto de ley que, como están las cosas, terminará siendo más polémico que la reforma a la salud o el fuero penal militar.
El Congreso tiene plazo hasta el próximo julio para expedir la ley que deberá reconocer los derechos de las uniones de hombres o mujeres que han escogido una opción sexual diferente a la del resto de parejas.
Lo más probable es que este proyecto de ley se hunda por una o varias de las siguientes razones:
• Porque el Congreso, como el país, en este tipo de asuntos está dominado por hombres y mujeres con una ideología conservadora. Un reflejo de esto es la encuesta de CM& del viernes, en la que apenas un 27% está de acuerdo con ese proyecto.
• La comunidad LGTBI no tiene peso específico en el Congreso. Los defensores de sus derechos allá son una minoría dentro de algunos partidos y quienes deberían ser sus abanderados allí no se han atrevido a hacer manifiesta su calidad de homosexuales o lesbianas.
• El Partido de la U y el Partido Conservador acaban de pactar una alianza para votar proyectos de ley. Entre los dos tienen los votos suficientes para hundirlo.
• La capacidad de presión de la Iglesia, otras religiones y el procurador Alejandro Ordóñez sobre el Congreso es clara. El Procurador estuvo presente en un foro sobre este proyecto para reiterar sus tesis contrarias a las de la Corte Constitucional.
• La discusión del proyecto está contaminada por el debate de la semana pasada entre el presidente del Senado, Roy Barreras, y el senador Armando Benedetti. Éste sabe que en la U le cobrarán la pelea con Barreras y con las directivas de su partido a las que les cuestiona su falta de liderazgo.
• El Gobierno no ha salido a apoyar el proyecto ni lo hará. Se sabe que en privado el Gobierno ha comentado que no se meterá en este tipo de temas espinosos. En Francia, donde acaban de aprobar este tipo de uniones, el liderazgo lo llevó la ministra de Justicia.
• O puede que no se hunda por ahora, por temor a las presiones mediáticas. A lo mejor se “integra una comisión” para que rinda un informe.
Ciertamente: El Polo ya tomó decisiones en materia electoral: su cabeza de lista será el senador Jorge Robledo secundado por sus colegas Alexander López y Mauricio Ospina, y los presidentes de la CUT, Fecode y la USO. Tres senadores actuales no recibirán aval del Polo y se quedarán sin piso: Jorge Guevara, Luis Carlos Avellaneda y Camilo Romero. El jefe de debate de la candidata presidencial Clara López será Carlos Gaviria Díaz.