Por: Liliana Gómez
Paris.– Europa de donde muchos han copiado sus modelos democráticos vive una crisis en la que los políticos se muestran impotentes ante la fuerza de los mercados y se están dejando vencer por ellos. La prueba es que son los mercados y las agencias de notación las que rigen la toma de decisiones de los gobiernos de la zona euro. Con tal de no perder la calificación triple A hay que hacer lo que sea, creando planes de rigor que hacen la situación más difícil para los más pobres y los menos favorecidos. Porque en los planes de rigor los que pagan siguen siendo las clases medias y bajas y los ricos siguen siendo los intocables de los que no se habla (a los que dicen no se les puede cobrar impuestos porque se van con su dinero para otro país). Además si un gobierno debe elegir entre salvar personas o salvar bancos, ya lo vimos en Estados Unidos, salvan a los bancos.
Todos empezamos a saber lo que estaba pasando con la explosión de la crisis económica en el 2007 debido a la puesta en el mercado de créditos hipotecarios de riesgo denominados “subprimes”. Uno de los responsables de esta crisis fue el Banco Goldman Sachs, a quien menciono porque justo ahora son ex funcionarios de este banco los que aparecen como los salvadores de la crisis de la zona euro, una crisis producida porque estos países ricos para asegurar sus posiciones tienen deudas increíblemente grandes con los bancos (capital privado) que además cobran intereses más altos o no dependiendo de la calificación que den agencias de notación que no son controladas por los gobiernos, y que increíblemente como los bancos pertenecen al mundo privado.
Pero volvamos a la forma de salvar a Europa, los líderes de estos países han tomado varias decisiones entre ellas: declarar fuertes medidas de austeridad para no perder las calificaciones actuales y así continuar pagando “bajos” intereses a los bancos por las deudas que se han generado en años de despilfarro, irresponsabilidad y en algunos casos corrupción. Los representantes políticos del pueblo europeo gastaron a manos llenas. Mejor dicho siempre gastaron más de lo que podían y para cubrir esas necesidades decidieron pedir prestado para poder seguir teniendo un tren de vida que no se podían permitir. Es como aquel ciudadano del común que se gana un peso y se gasta dos o tres. Hasta que al final el peso que se gana no le alcanza ni siquiera para pagar los intereses de las deudas que ha abierto para ir pagando los gastos adicionales.
Pero volvamos al caso de Goldman Sachs, ellos ahora tienen a tres de sus ex funcionarios ubicados en cargos fundamentales en Europa: Mario Draghi presidente del Banco Central Europeo; Lucas Papademus (Primer Ministro Griego) y Mario Monti (Primer Ministro Italiano). Estos tecnócratas han sido bien recibidos por el mundo político europeo y los dos nuevos primeros ministros de Grecia e Italia hasta se han saltado un paso “chiquitico” el de las urnas, para tomar decisiones en las que representan al pueblo. Así las cosas el resultado de todo esto es que las decisiones políticas se toman con base en lo que deciden los mercados, los bancos y las agencias de notación. Si un presidente o primer ministro elegido democráticamente no cumple con las exigencias de los anteriores es reemplazado por un tecnócrata que ni siquiera necesitara pasar por las urnas (lo importante es que en su hoja de vida aparezca que trabajó para uno de los bancos responsables de la crisis); además y lo más significativo es que las medidas de rigor son pensadas y aplicadas a los más vulnerables porque los ricos no serán tocados de ninguna manera.
Mientras tanto en el mundo se viven manifestaciones multitudinarias pidiendo que prime lo social sobre lo económico, que las leyes se hagan para salvar al pueblo y no a los mercados, que haya trabajo para todos, igualdad… Las peticiones no son muy claras y más allá de la manifestación no pasa nada. Porque hasta el momento vemos que son los mercados y no los pueblos los que están decidiendo qué se hace y quién lo hace en cada país. Como lo hemos visto ya ni siquiera es importante que los que rigen los destinos de un país sean elegidos democráticamente y a principios de este mes cuando el ex ministro griego Yogos Papandréu propuso hacer un referéndum para que el pueblo griego decidiera su futuro, los mandatarios del G20 casi mueren de un infarto por esta idea loca en una época de crisis. Así que o nos organizamos o seguimos viendo como los bancos se siguen apoderando del mundo ante la mirada complaciente de los políticos que nos “representan”.