El jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio es el nuevo papa

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El jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires de 76 años, es el nuevo papa de la Iglesia católica, según ha anunciado el primer cardenal de los diáconos (Protodiácono), el francés Jean-Louis Tauran, en el balcón de la Basílica de San Pedro. El nuevo pontífice asumirá el pontificado con el nombre de Francisco I.

Químico de formación, Bergoglio no estaba entre los favoritos en las quinielas previas y es el primer papa no europeo, sino que procede del continente que más católicos reúne en la actualidad.

Al salir del balcón de San pedro, su primer recuerdo ha sido para su predecesor, Benedicto XVI: «Primero de todo, quiero elevar una oración por nuestro papa emérito».

Su elección, al igual que en los últimos cónclaves, ha sido rápida: la chimenea de la Capilla Sixtina ha emitido una fumata blanca a las 19.06 horas de este miércoles, poco más de 25 horas después de la primera votación y en la quinta ronda de votaciones, una más de las que fueron necesarias para la elección de Benedicto XVI.

Sorpresa entre los peregrinos
El humo blanco ha sorprendido a los miles de fieles que esperaban en la plaza de San Pedro de El Vaticano, que, dada la hora, esperaban que la elección tuviera lugar ya el jueves.

Al ver la fumata, cientos de voces en los más diversos idiomas han comenzado a exclamar la palabra esperada: “¡Blanca!. Y acto seguido a corear “Habemus papam! y “Se nota, se siente, el papa está presente”.

La emoción y las especulaciones, en cualquier caso, persisten entre los peregrinos, a la espera de conocer el nombre del elegido como nuevo pontífice, que debe cumplir el ritual establecido.

El rito del nuevo pontífice
Inmediatamente después de producirse la elección canónica, el último de los cardenales diáconos, el estadounidense James Harvey, llama a la capilla Sixtina al Secretario del Colegio Cardenalicio, al Maestro de Celebraciones Litúrgicas y a dos ceremonieros, informa Efe.

Dado que el cardenal decano, Angelo Sodano, y el vicedecano, Roger Etchegaray, no participan en el cónclave por tener más de 80 años, el encargado de preguntar al elegido si acepta ser papa o no ha sido el cardenal italiano Giovanni Battista Re, que ha presidido la asamblea.

El cardenal Re, en nombre de todos los electores, pide el consenso del elegido con la siguiente frase: «¿Acceptasne electionem de te canonice factam in summum pontificem? (¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?). Una vez dada la respuesta afirmativa, le pregunta: «¿Quo nomine vis vocari?» («¿Con que nombre quieres ser llamado?»). El Sumo Pontífice responde: «Vocabor…» (Me llamaré…).

Tras aceptar -en esta ocasión- ser el 266 sucesor del apóstol Pedro, el cardenal elegido ha pasado a la pequeña habitación existente a la izquierda del altar mayor de la Sixtina, bajo el Juicio Final de Miguel Ángel. En esa sacristía, conocida como la «sala de las lágrimas» por las que han derramado en ella a lo largo de la historia los papas recién elegidos, medita en solitario y se viste una de las tres sotanas blancas que encontrará preparadas.

Ya vestido de blanco, el nuevo pontífice regresa a la Sixtina, donde es recibido con un largo aplauso por los cardenales, que uno a uno se acercan a presentarle su obediencia.

Después, el Protodiácono se asomará a la logia de las bendiciones de la basílica de San Pedro del Vaticano y anunciará al pueblo la elección del nuevo Pontífice con estas palabras: “Annuntio vobis gauidium magnum; habemus papam: Eminetissimum ac revenderissimum dominum Sanctae romanae Ecclesiae cardinalem [nombre del papa] qui sibi nomen imposuit [nombre de pontífice]”. «Os anuncio una gran alegría; tenemos papa: el eminentísimo y reverendísimo señor [nombre] Cardenal de la Santa Iglesia Romana, que ha tomado como nombre [nombre del papa]».

El nuevo papa pronunciará sus primeras palabras a los fieles e impartirá la bendición Urbi et Orbi.

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