¿Ministro? Sí ¿Congresista? No, gracias

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Por: Carlos Obregón

Cuando el expresidente Álvaro Uribe dejó abierta la posibilidad de encabezar una lista para el Senado, los analistas políticos advirtieron que el Congreso que se elegirá en 2014 sería un escenario de lujo para la confrontación ideológica. Se dijo que el Congreso, en esas condiciones, recobraría la importancia tras el escándalo de la parapolítica. Y por esa razón hubo muchos que se entusiasmaron al saber que Uribe, Germán Vargas Lleras y Jorge Robledo dejarían de enfrentarse por Twitter para plantear sus diferencias en el Senado.

Ese escenario ya no será posible. El ministro Germán Vargas cerró esa posibilidad el viernes 9 de marzo, fecha en que debía renunciar para poder lanzarse al Congreso. Lo único cierto sobre el futuro del jefe de Cambio Radical es que renuncia en mayo para no inhabilitarse en caso de que se lance como candidato presidencial. Desde hace un mes, el ministro les dijo a sus asesores que deberían acelerar los proyectos de vivienda gratis y de planes de agua.

Los otros dos animadores de la campaña para el Congreso, Uribe y Robledo, acaban de demostrarle al país en el reciente paro cafetero que el Polo y el Centro Democrático tienen una causa común que los identifica: la oposición al presidente Santos. Y que esa alianza es posible si Santos se reelige.

La otra gran expectativa que había era la desbandada de funcionarios del Gobierno para aspirar al Congreso y defender desde allí la paz, la ley de víctimas y las locomotoras. A finales de enero, el presidente Santos dijo en Hora 20 de Caracol que le gustaría que varios de sus “colaboradores participaran en las listas del Congreso”. Es decir, patos al agua.

Y eso tampoco va a suceder. Solo renunciaron con ese fin el exviceministro David Luna y el secretario para la Transparencia, Carlos Fernando Galán. Luna aspiraría al Senado por el Partido Liberal y Galán sería la cabeza de lista de Cambio Radical. Hay un acuerdo familiar entre los Galán para que solo uno de los dos hermanos, Juan Manuel o Carlos Fernando, vaya al Senado.

¿Por qué no hubo más renuncias? ¿Por qué se quedaron ministros que se suponía estaban llamados a defender la obra de Santos en el Congreso, como Juan Carlos Pinzón o Sergio Diazgranados y Aurelio Iragorri Jr.? Hay al menos cuatro hipótesis. Una, que Santos tiene más técnicos que políticos en su equipo; dos, que el Congreso ya no es el escenario para hacer carrera política, sino el Gobierno; tres que por lo anterior, resulta más rentable quedarse al lado de Santos y retirarse cuando se inicie la campaña de reelección, y cuatro –argumento de un senador del Partido de la U–: ¡porque no tienen votos!

Por esto ya empieza a hacer carrera el siguiente apunte: en la próxima campaña la pelea no será por quién encabezará la lista Senado sino por quién encabezará la lista para ser el jefe de debate de la reelección.

Ciertamente. La encuesta sobre prácticas contra el soborno en empresas colombianas dice que el 62% de quienes atendieron el cuestionario se identifican con la afirmación “si no pago sobornos pierdo negocios”. En 2008 esa cifra era del 54 %. Con todas las inversiones en regalías e inversiones en infraestructura en 2013 habrá que aguardar los resultados de la encuesta el próximo año.

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