Por: Ricardo Galán.—
Hace dos días, al comentar un artículo de la Revista Semana que critica a los ministros, altos funcionarios y congresistas amigos por no defender al Gobierno de Juan Manuel Santos escribí que el problema no consiste en que la gente no sepa lo que hace sino en que no le cree porque a sus mensajes les falta coherencia y consistencia. Me faltó un tercer elemento fundamental: la unidad.
Para que la comunicación sea eficiente y eficaz debe cumplir un principio básico: “Una voz, un Mensaje” lo cual no significa que sólo habla el jefe de la organización, sino que todos sus integrantes comunican lo mismo. Condición de la que también adolece la estrategia de comunicación del Gobierno. Veamos:
El ministro de Trabajo, Rafael Pardo presenta a empresarios y sindicatos la Reforma Pensional. Los medios se interesan y el Ministro inicia una campaña pedagógica en la radio. Segundos después, en una misma emisora, el Ministro de Hacienda sale a decir que la Reforma Pensional es importante, pero no urgente. Que la urgente es la Reforma a la Salud. Que le parece bien que se socialice el nuevo sistema de pensiones, pero que el Gobierno aún no decide si la presentará en la próxima legislatura. Horas más tarde el Presidente Santos aclara que las dos leyes son igual de importantes, pero que revisará los tiempos.
Los ministros de Minas y Energía, Agricultura, Transporte y Vivienda se quejan en público de que el Ministerio de Ambiente, particularmente una viceministra “talibán” no les otorga las licencias para sus proyectos de inversión por cuenta de las llamadas consultas previas con las comunidades ubicadas en áreas en las que se quieren desarrollar proyectos de infraestructura. El Ministro de Ambiente sale a la radio a defender a su subalterna, el de Agricultura a manifestar su molestia y a sugerir salidas. El de Interior ejerce de árbitro.
Hace unos días todos los Viceministros del Gobierno de Juan Manuel Santos fueron citados a la Casa de Nariño para darles una orden terminante: ante el silencio de los ministros, que según Semana no defienden como se debe la obra de Gobierno, “salgan ustedes a los medios, así sus jefes se lo hayan prohibido” les dijeron palabra más, palabra menos.
Los viceministros, según la instrucción palaciega, se deben tomar los medios y las redes sociales pues también les pidieron abrir cuentas en Twitter, Facebook Google + y demás redes sociales para promover sus logros, sino para defender al Gobierno de las criticas y ataques de la oposición. Hasta ahí todo bien.
El problema es que los viceministros no saben que hacer, ni que decir porque no les dieron los mensajes que deben transmitir. Como quien dice vendrá un mar de contradicciones y discusiones en vivo y en directo en las altas esferas del Gobierno.
Un publicista que leyó mi primer post sobre el tema comenta. “Ningún Gobierno ha invertido tanto en publicidad como este. La radio, la TV, los periódicos e Internet están llenos de publicidad oficial, el problema es que hablan todos y de todo. No hay unidad de mensaje. Es un caos.”
Algo está pasando
Hechos como la salida del Secretario de Prensa, la convocatoria a los Viceministros, el artículo de Semana, interpretado como un jalón de orejas público de la Casa de Nariño al Gabinete, las discusiones que pasan del Consejo de Ministros a la radio y los constantes ataques del Presidente Santos contra Álvaro Uribe que terminan matando sus propias buenas noticias, dejan en evidencia el desespero y preocupación que existe en el Gobierno sobre la eficacia de su estrategia de comunicación.
¿Qué está pasando? ¿Hay encuestas que no conocemos que muestran un nuevo desplome de la imagen presidencial? ¿Es el nerviosismo propio de la campaña electoral que se adelantó por cuenta de la pelea de marras y pone en riesgo la reelección?
Ni idea. Por el momento, en lugar de regañar Ministros en público y despedir asesores y secretarios de prensa, el Gobierno debería construir un mensaje coherente, consistente y unificado.
La piedra angular ya está: PROSPERIDAD. Una Voz, Un Mensaje.