El presidente del Congreso, Roy Barreras, echó reversa y decidió que no continuará con la idea de la nueva sede debido a que costaría 130.000 millones y «hay necesidades más urgentes y menos costosas».
“La hemos descartado. Es una propuesta que obedece a una necesidad porque el edificio del Congreso es insuficiente, pero es una propuesta muy costosa. Hemos decidido decirle al Ministerio de Hacienda que utilice esos recursos en actividades más urgentes y más sociales”, manifestó el senador Barreras.
“El tiempo de administración de una mesa directiva de un año, hace imposible meterse en un proceso transparente. Hacer cosas atropelladas y que salgan mal, es mejor no hacerlas», señaló el congresista.
Al parecer y según cuentan en los pasillos del Congreso, el ruido generado por el anuncio e intereses «no santos» sobre el proyecto hicieron desistir de la idea al senador Barreras quien alegó no tener garantías para la inversión ni ejecución de los recursos.