Cardenal Camarlengo Tarsicio Bertone asumiría temporalmente el Pontificado

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BOGOTA, 11 de Febrero ¬_RAM_ A partir del 1 de marzo el Cardenal Camarlengo Tarsicio Bertone asumiría la dirección de la Iglesia Católica, mientras el cónclave entra en sesión y designa al sucesor de Benedicto XVI.
“En caso de una eventual demora en esta decisión, el Cardenal Camarlengo continuará con el gobierno de los asuntos del Pontificado hasta que conozcamos al sucesor de Pedro”, dijo Catalina Hernández Obregón, teóloga y coordinadora del Centro de Estudios Teológicos y de las Religiones (CETRE) de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario.
Ahora lo que sigue para la Santa Sede es que después del 28 de febrero, último día del pontificado actual, sea citado el Colegio Cardenalicio al cónclave correspondiente, donde se llevará a cabo el tradicional acto de votación y elección del nuevo Papa hasta ver el humo blanco como señal de “habemus Papam” y, de esta manera, decidir el futuro cercano de la Iglesia Católica, dijo la teóloga.
Pocas veces en la historia del Pontificado, contando la actual de Benedicto XVI, se ha presentado una renuncia voluntaria al cargo de Papa. Por ejemplo, en los últimos siglos de la Edad Media en el año 1415, durante el periodo denominado “Cisma de Occidente”, Gregorio XII dimitió voluntariamente a su cargo a la sede de Pedro.
Para Catalina Hernández es normal el revuelo ante la noticia de la renuncia de Benedicto XVI y la expectativa que esta situación genera, pues es uno de los líderes mundiales con más influencia a nivel espiritual y a la cabeza de una población estimada hoy en más de mil millones de fieles.
“Por el momento cualquier análisis debe hacerse con prudencia, fuera de toda especulación, teniendo en cuenta los motivos expuestos por el que fuera Cardenal Joseph Ratzinger y estando aún a la espera de nuevos comunicados sobre los pasos a seguir en el Vaticano”, comentó la coordinadora del CETRE de la Universidad del Rosario
La teóloga resaltó, además, la invitación a la reflexión de las palabras de Benedicto XVI en su anuncio de hoy sobre el futuro de la Iglesia y su lugar en el mundo contemporáneo.
En su alocución de dimisión dijo que “sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado”.

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