LA HABANA/BOGOTA – La guerrilla de las FARC negó el lunes una crisis en el diálogo de paz que mantiene con el Gobierno colombiano en Cuba y dijo que el reciente recrudecimiento de los actos de guerra hacen parte del conflicto interno que intentan solucionar.
El pronunciamiento de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se produjo después de que ataques de esa guerrilla en la última semana dejaron al menos nueve efectivos de las Fuerzas Armadas muertos, además del secuestro de dos policías y un soldado.
«Las conversaciones en la mesa prosiguen de modo normal, nadie se ha puesto de pie o amenazado formalmente con retirarse. Por el contrario, las dos partes trabajan en busca de puntos de aproximación sobre el tema agrario, con el afán de producir acuerdos significativos que representen avances ciertos hacia la terminación del conflicto y la paz», dijo un comunicado del grupo rebelde leído en La Habana y difundido por Internet.
«Lo que algunas cadenas radiales y otros medios de comunicación califican como la primera gran crisis de los actuales diálogos entre gobierno y FARC, no pasa de ser otra de esas creaciones virtuales de los medios de comunicación a fin de crear falsedades inexistentes en la realidad», agregó.
Horas después de conocido el comunicado de las FARC, las autoridades militares y policiales acusaron al grupo rebelde del secuestro de dos trabajadores al servicio de una empresa contratista de la estatal Ecopetrol, en el selvático departamento del Putumayo, en el sur del país, cerca a la frontera con Ecuador.
Mientras, el Ejército informó que dos guerrilleros murieron el lunes en un combate en el departamento del Tolima y que dos soldados perdieron la vida al explotar un campo minado sembrado por los rebeldes en el departamento de Valle del Cauca.
Las recientes acciones ofensivas del grupo rebelde también incluyeron la semana pasada el secuestro de tres trabajadores petroleros que fueron liberados un día después por los guerrilleros ante la presión del Ejército que reforzó sus acciones para rescatarlos.
En respuesta, las Fuerzas Militares bombardearon un campamento rebelde en una zona selvática del noroeste de Colombia, hecho en el que murió un líder guerrillero cercano al jefe del equipo de negociación de las FARC en Cuba Iván Márquez y cinco rebeldes más.
CRUCE DE POSICIONES
El Gobierno y la guerrilla más antigua de América Latina intercambiaron fuertes pronunciamientos después del secuestro de los dos policías y de que el grupo rebelde, considerado terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, anunció que continuaría capturando efectivos de las Fuerzas Armadas.
Los hechos se produjeron poco antes del inicio de la cuarta ronda de diálogo en La Habana, donde han mantenido constantes negociaciones desde mediados de noviembre.
«Los hechos de guerra que sacuden al país y que afectan a personas e intereses de las dos partes involucradas en la confrontación, son precisamente eso, los avatares del conflicto que se procura solucionar en la Mesa», dijo el guerrillero Marco León Calarcá, al leer un comunicado a la prensa.
«Pretender destruir la vía de la paz apelando a ellos es una verdadera locura», destacó.
La guerrilla reconoció el sábado el secuestro de los dos policías y de un soldado y anunció que iniciará gestiones para entregarlos a la Cruz Roja Internacional y a un grupo de civiles que promueve el fin de la confrontación a través del diálogo.
Aunque la guerrilla propuso al presidente Juan Manuel Santos pactar un cese bilateral al fuego mientras avanza la negociación, el Gobierno rechazó esa posibilidad y advirtió que una tregua sólo se dará con la firma de un acuerdo definitivo que permita poner fin al conflicto interno de casi 50 años.
El Gobierno también descartó la posibilidad de suscribir acuerdos intermedios para reducir la intensidad de la confrontación y calificó los recientes ataques de las FARC como una estrategia de presión.
En la negociación de paz, el Gobierno y la guerrilla discuten cinco grandes temas que incluyen desarrollo agrario, garantías para la participación en política, fin del conflicto, lucha contra el narcotráfico y compensación de las víctimas.
Aunque han sido debilitadas por más de una década de ofensiva militar en la que han muertos varios de sus principales comandantes, las FARC aún tienen la capacidad de realizar ataques de gran impacto.
El actual diálogo de paz, que transcurre bajo el principio de «nada está acordado hasta que todo esté acordado», constituye el cuarto intento oficial por acabar con el sangriento conflicto armado con incalculables pérdidas que impide un mayor crecimiento a la cuarta economía de América Latina. Reuters