La Rolita, el operador público de transporte, podría dejar de funcionar debido a que el Tribunal Administrativo de Cundinamarca declaró la nulidad del acto administrativo mediante el cual el Concejo de Bogotá autorizó su creación en 2020, durante la administración de la exalcaldesa Claudia López. La decisión en segunda instancia no fue sorpresa para el actual alcalde, Carlos Fernando Galán, que reconoció que el operador ha sido beneficioso para la ciudad.
“Hay que decirlo. La Rolita ha demostrado en estos años de operación, que es relevante, que es importante que siga operando y hace parte ya fundamental del sistema de transporte de Bogotá”, precisó el mandatario local.
Pues, ahora mismo La Rolita tiene dos contratos de operación en la localidad de Ciudad Bolívar. El primero involucra el uso de 195 buses eléctricos que han servido para reducir el CO₂ en la ciudad en 2,17 millones de toneladas. Además, el operador ha evidenciado eficiencia en garantizar un transporte adecuado para los ciudadanos.
Teniendo en cuenta los resultados que ha arrojado la operación de La Rolita en Bogotá, y que cuenta con 737 personas empleadas, de las cuales el 60% son mujeres, el alcalde Galán informó que buscará garantizar su continuidad.
“Bogotá merece tener un operador público de transporte como La Rolita, que es símbolo de sostenibilidad y equidad de género. Vamos a corregir los errores del pasado. Presentaremos ante el Concejo un proyecto que cumpla con todos los requisitos legales para ratificar la autorización para que Transmilenio pueda seguir siendo parte del contrato de sociedad que creó La Rolita”, aseguró el mandatario local.
La respuesta de Claudia López: “La Rolita es eficiente”
La exalcaldesa Claudia López celebró la postura de Carlos Fernando Galán, puesto que fue uno de los políticos que votó negativo el proyecto con el que se creó La Rolita. Aseguró que el operador que echó a andar durante su administración sirvió para demostrar que existió una especie de monopolio de operadores privados en Bogotá, que quedó desmantelado por la eficiencia del operador público de transporte.
“La Rolita es eficiente, incluyente, eléctrica y rentable, y todas sus ganancias públicas se reinvierten en calidad del servicio y del transporte público; todas las innovaciones que una empresa pública moderna debe tener, que los bogotanos reclamamos y que mi Alcaldía creó con La Rolita y el sistema de transporte multimodal, en vez de dependiente solo de Transmilenio”, aseguró la exfuncionaria.
Incluso, afirmó que hubo corrientes políticas que buscaron “exterminar” La Rolita mediante demandas. Se trata del “peñalosismo” y del “uribismo”, que habrían logrado “sacar” a trabajadores que permitieron la operatividad del sistema.
Así las cosas, enlistó algunos recursos de los que podría valerse la Alcaldía de Bogotá para lograr la continuidad de La Rolita: está disponible la acción de tutela, una demanda de nulidad, la aclaración y, eventualmente, hacer un nuevo acuerdo. En todo caso, insistió en que la ciudad está en la obligación de defender el transporte público para los ciudadanos.
“Tiene que enfrentar y parar el círculo vicioso en que esos operadores financian políticos que ponen demandas de dudosa procedencia y contenido para matar el valor y calidad de lo público, en este caso de La Rolita, a cambio de mantener la renta cuasi monopolística para los unos y la financiación política de los otros.