Guerrilla FARC anuncian que ponen fin alto el fuego en Colombia

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LA HABANA (Reuters) – Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia anunciaron el domingo el fin de un alto el fuego unilateral que declararon al iniciarse las nuevas conversaciones de paz con el gobierno hace dos meses, y advirtieron que regresan a «la fase de guerra».

El grupo insurgente dijo que pone fin al alto al fuego después que el gobierno colombiano rechazó sumarse a la tregua.

«Con dolor en mi corazón, tengo que admitir que volvemos a la fase de guerra que nadie en este país quiere», dijo el negociador jefe Iván Márquez a los periodistas antes de entrar a una sesión de las negociaciones destinadas a poner fin al sangriento y largo conflicto en el país sudamericano.

En Bogotá, mientras tanto, el presidente Juan Manuel Santos dijo que las autoridades del país han adoptado medidas para neutralizar posibles ataques de la guerrilla tras expirar el alto al fuego unilateral.

Las FARC declararon el alto al fuego el 19 de noviembre en La Habana, al inicio de las negociaciones, y le dieron al Gobierno dos meses para deponer las acciones armadas contra el grupo.

El presidente Santos rechazó el alto al fuego desde el principio, diciendo que el Gobierno seguiría con la presión militar para mantener a las FARC en la mesa de negociaciones.

Las autoridades colombianas habían calificado el cese al fuego como una farsa de las FARC para ganar apoyo internacional y han acusado a los rebeldes de continuar con sus ataques.

Las fuerzas gubernamentales han seguido atacando a rebeldes en sus bastiones en las remotas selvas y montañas de Colombia, y el Ejército dice que el grupo guerrillero podría estar planeando una nueva ofensiva.

Por su parte, Márquez no dio a conocer sus planes, pero instó a Santos a que reconsidere la decisión de no deponer las armas.

MEDIDAS PARA NEUTRALIZAR ATAQUES

El presidente colombiano anunció el domingo que las Fuerzas Armadas están adoptando todas las medidas para neutralizar una posible escalada de ataques de la guerrilla de las FARC, después de que expirara el cese al fuego unilateral declarado por el grupo rebelde.

«Se están tomando todas las precauciones, todas las medidas para que esas acciones sean neutralizadas. Las Fuerzas (del ejército) en todo el territorio están en su plena capacidad y más que dispuestas a continuar la labor que han venido rindiendo», precisó Santos.

Ambas partes se han enfrentado desde la formación de las FARC, un movimiento comunista agrario surgido en 1964 y que actualmente es el grupo insurgente más antiguo de América Latina.

Decenas de miles de muertos y millones de desplazados ha dejado un conflicto que a juicio de las FARC está destinado a poner fin a una larga historia de desigualdad social y concentración de la tierra y la riqueza en Colombia.

Las autoridades dicen que las FARC se encuentran debilitadas por el respaldado de Washington al Estado colombiano para combatir a los insurgentes, apoyo que ya se extiende por 10 años.

Sin embargo, el grupo rebelde sigue teniendo unos 9.000 combatientes capaces de atentar contra la infraestructura colombiana y frenar los planes del Gobierno para aumentar la inversión extranjera en los sectores minero y petrolero.

La agenda de las conversaciones pide a ambas partes abordar una serie de asuntos difíciles, empezando por el desarrollo rural.

En los últimos días, los dos bandos han discrepado públicamente acerca de una propuesta de redistribución de tierras propuesta por las FARC, la cual busca entregar 25 millones de hectáreas, o más del 20 por ciento de las tierras del país, a los pobres.

El jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, pidió esta semana acelerar las conversaciones, que Santos desea que terminen en noviembre.

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