Los aviones de Boeing 787 Dreamliner se quedaron en tierra este jueves en cumplimiento de las recomendaciones de las autoridades estadounidenses tras los incidentes registrados en algunos aparatos, aunque las investigaciones iniciadas sobre las causas podrían durar semanas.
La flota integrada por 50 Boeing 787, de los que las compañías japonesas explotan 24, está inmovilizada sine die.
La autoridad estadounidense Federal Aviation Administration (FAA) ha explicado que se trata de una decisión de «emergencia» adoptada a raíz de los «incidentes recientes» que han sufrido algunas baterías ion litio de estos aparatos, creando «fugas de electrolitos inflamables, emanaciones de calor y humo».
«Si no se corrigen podrían causar daños en los sistemas y estructuras de importancia capital» y un incendio potencial en el compartimento eléctrico, explica la FAA en una directiva publicada en su portal internet.
La Autoridad Europea de Seguridad Aérea (AESA) también aplicó esta directiva y decidió prohibir el vuelo de los Boeing 787 Dreamliner operados por compañías aéreas en su territorio hasta nueva orden, tras la directiva de las autoridades estadounidenses.
India, que ordenó el jueves a Air India, su compañía nacional, que inmovilizara los 6 Dreamliner de su flota, ha sido el primer país que ha hablado de indemnizaciones.
«Estoy seguro de que Air India tiene derecho a una indemnización», dijo el ministro de Aviación Ajit Singh, quien precisó que esperará un poco antes de presentar una demanda en este sentido.
La decisión de las autoridades estadounidenses «es poco frecuente», declaró a la AFP un portavoz de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA), destacando que sólo el país de fabricación del aparato podía tomar una decisión semejante a nivel mundial.
Boeing ha recibido el apoyo de su competidor europeo Airbus. El presidente Fabrice Brégier aseguró que espera que el «Dreamliner vuelva a volar pronto».
«Le deseo lo mejor a nuestro colega. Un avión está concebido para volar. (…) No apuesto por las dificultades de un competidor», dijo en una conferencia de prensa para presentar los resultados anuales del fabricante europeo.
Airbus, dijo, «no tiene motivos para cambiar» la arquitectura eléctrica de su futuro A350 en este estadio, pero el fabricante europeo estudiará toda «recomendación» que podría afectar su propio programa, dijo Brégier.
El miércoles, los seis Boeing de United Airlines ya se quedaron en tierra a raíz de la decisión de la FAA. Un anuncio que llevó al ministerio japonés de Transportes a hacer lo mismo con los 17 aparatos de All Nippon Airways (ANA) y los 7 de Japan Airlines (JAL), ya en tierra desde la víspera.
La compañía aérea chilena LAN y la india Air India la siguieron y este jueves lo hicieron Qatar Airways y Ethiopian Airlines.
Un Dreamliner de la compañía ANA tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia el miércoles por la mañana en Takamastu (sur de Japón) debido a una alarma que señalaba la existencia de humo y por la presencia de un fuerte olor a bordo que procedía de la batería.
Se trata del segundo incidente que se produce este mes relacionado con una batería de litio ion, después del problema que sufrió la semana pasada un aparato de la compañía JAL en Boston, que conllevó la fuga de electrolitos inflamables y emanaciones de calor y humo, según la FAA.
Las autoridades no permitirán que los Dreamliner vuelvan a despegar mientras las baterías no sean consideradas seguras.
En Japón, los investigadores que la Oficina de Aviación Civil y de la Comisión de Seguridad enviaron a Takamatsu se concentran también en el examen de la batería, fabricada por la empresa japonesa GS Yuasa, e integrada en un equipo eléctrico diseñado por el grupo francés Thales.
A petición de las autoridades, GS Yuasa, envió este jueves por la mañana a tres ingenieros a Takamatsu.
«No sabemos si el problema procede de la batería en sí o del sistema eléctrico en el que está integrada», indicó una portavoz del subcontratista.
Por eso, es «imposible predecir en este momento cuánto tiempo durará la investigación», precisó.
La semana pasada, técnicos de GS Yuasa acudieron a Estados Unidos tras un conato de incendio provocado por una batería en otro Boeing 787 de Japan Airlines que acababa de aterrizar en Boston.
Además de estos dos incidentes con la batería, en dos semanas se produjeron otras cinco averías en aparatos japoneses del último modelo de Boeing, lo que llevó a la FAA a iniciar una investigación «en profundidad» del 787. Una investigadora de la Oficina Estadounidense de Seguridad en el Transporte (NTSB) también llegó a Japón.
Frente a estos reveses, el director ejecutivo de Boeing, Jim McNerney, aseguró que tomarán «en los próximos días todas las medidas necesarias para garantizar a nuestros clientes y a los viajeros la seguridad del 787 y para que estos aviones retomen su servicio», en un comunicado publicado después de la decisión de las autoridades estadounidenses.
«Tenemos confianza en que el 787 es seguro», insistió.AFP