Dos personas se encuentran en estado crítico y otras 58 heridas de menor gravedad después de que un ferry chocara esta mañana contra un muelle del puerto 11 de Nueva York. En el barco, que cubría el trayecto desde Nueva Jersey al distrito financiero de la ciudad, viajaban más de 320 personas en la hora punta de la mañana, las 8.45 –la capacidad de la nave era de 400 pasajeros-. Según los testigos abordo, tras oírse y sentirse un fuerte impacto, unos pasajeros empezaron a caer encima de otros entre gritos y llantos. Los bomberos tardaron más de una hora en sacar a las personas en camillas. Según un viajero, un empleado mencionó poco antes del impacto que el navío tenía problemas de maniobrabilidad.
Los pasajeros que viajaban a bordo del Seastreak Wall Street declararon que el accidente se produjo cuando estaban a punto de atracar y que decenas de personas cayeron por la borda debido al golpe, que se cree se produjo contra la pasarela por la que los usuarios del ferry debían descender al llegar a tierra. La nave no ha llegado a hundirse, pero ha sufrido importantes desperfectos en su parte delantera al chocar contra el muelle.
“Las personas que estaban de pie volaron por el impacto”, dijo a la agencia Reuters Brett Cebulash, un abogado que diariamente se sube al ferry, de más de 40 metros de largo. “Era una mañana normal y de repente golpeamos algo. Hubo un impacto repentino”, comentó Cebulash, que agregó que la tripulación del barco respondió de inmediato para tratar a los pasajeros heridos.
“Estamos tratando a 50 pacientes en el lugar. No sabemos qué tipo de heridas tienen”, indicó tras producirse el accidente la portavoz de los bomberos al referirse al número total de pasajeros que requirieron atención médica. Las dos personas en estado crítico tienen graves heridas en la cabeza.
Los heridos fueron retirados en camilla de la moderna embarcación y yacieron en el muelle de Manhattan, copado por la policía, los bomberos y los servicios de emergencia, antes de ser evacuados a los hospitales cercanos.
La Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB, siglas en inglés) dijo en Twitter que sus investigadores estaban recopilando información sobre la causa del accidente.
Uno de los peores accidentes en los que se ha visto implicado un ferry en Nueva York ocurrió el 15 de octubre de 2003, cuando un navío procedente de Staten Island se equivocó de dársena al atracar en Manhattan y entró a toda velocidad en una que se encontraba en mantenimiento.
Murieron 11 personas y otras 70 resultaron heridas. El piloto del barco se declaró culpable de homicidio, tras descubrirse que en el momento del accidente estaba incapacitado para trabajar y no había recibido el entrenamiento necesario sobre las medidas de seguridad.