El chavismo prepara ceremonia de aclamación de su presidente enfermo

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En previsión de que la grave enfermedad que padece impida al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, asistir a su toma de posesión prevista para mañana, las autoridades del país están preparando una ceremonia de aclamación al líder a la que ya han confirmado que asistirán el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el de Uruguay, José Mujica. Aunque nadie más por el momento. El Gobierno espera, no obstante, contar con un más nutrido cortejo de autoridades en el homenaje al «ausente». La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha asegurado que viajará a La Habana para visitar al convaleciente e interesarse por su salud.

Por las calles de Caracas ya se pueden ver a seguidores del presidente manifestándose con un cartel que dice «Yo también soy Chávez». Es de prever que en la ceremonia participen estos enfervorizados chavistas, que actuarán como el coro popular de lo que podría convertirse en una «toma de posesión virtual».

Investidura virtual

Frente a esta insólita investidura virtual, la oposición prepara también su protesta por la violación de la Constitución venezolana que establece la presencia física del mandatario para iniciar un nuevo mandato de seis años.

El líder de la oposición, Henrique Capriles, pidió ayer respeto a la Constitución. «Aquí no estamos en Cuba donde se pasan el poder de uno a otro. El pasado 7 de octubre el pueblo votó por una persona y no por su gobierno. La respuesta está en la Constitución. El país está esperando una interpretación clara del texto constitucional. Una decisión equivocada puede contribuir con la anarquía… Y la anarquía no le conviene a nadie en Venezuela», subrayó. Aunque dio a entender que las protestas de la oposición serán muy contenidas: «¿Qué pasaría si convocamos a la mitad del país a la calle? Sería una guerra. No cuenten con la oposición para poner a pelear al pueblo», advirtió. «Ahora, si pretenden alguna acción, habrá una respuesta, pero estamos agotando todas las instancias para que en el país prive la institucionalidad», concluyó Capriles.

La extraña toma de posesión presidencial preparada por el chavismo para cumplir un simple «formalismo» de la Constitución –así lo califican las autoridades del país– por el «motivo sobrevenido» de su enfermedad, busca darle un barniz de legitimidad a la continuación del régimen sin Chávez, dicen los analistas. Como una mala copia del Cid Campeador, cuyo protagonista caribeño con problemas de salud se posesiona del reino desde su complicada convalecencia.

«Yo soy Chávez»

Hasta ahora no ha habido ni una declaración, ni una imagen de Chávez tras su última operación. Pero la popularidad del enfermo ha subido como la espuma. El vicepresidente y heredero designado por Chávez, Nicolás Maduro, ha manipulado su imagen diciendo «yo soy Chávez, soy el hijo de Chávez», y ha montado un espectacular escenario con gigantescas fotografías del líder para la aclamación del líder prevista para este jueves.

Entre los invitados internacionales que han confirmado su asistencia a la investidura virtual está el presidente de Uruguay, «Pepe» Mujica, quien afirmó que vendrá a Caracas para «respaldar al gobierno y pueblo de Venezuela: ahí estaré para que Chávez –gravemente enfermo en Cuba– sea juramentado en la Asamblea Nacional para su tercer mandato».

Evo Morales, presidente de Bolivia, también ha confirmado su asistencia para celebrar el «triunfo» de Chávez en las elecciones de octubre y manifestar su «solidaridad».

La ficticia asunción de Chávez ha trascendido las fronteras nacionales.La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD)emitió ayer un comunicado dirigido a la Organización de Estados Americanos en el que advierte sobre la «incertidumbre» en la que viven los venezolanos y alerta sobre «una posible alteración de la Constitución respecto de la jura presidencial del jueves».

Una denuncia y una indirecta petición de ayuda. En la misiva dirigida al secretario de la OEA, José Miguel Insulza, la MUD sostiene que Chávez «no estaría ejerciendo su condición después del 10 de enero. No se trata, como lo han declarado los voceros oficiales, de una continuidad al frente del Ejecutivo, sino de un acto inconstitucional». ABC.es

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