BOGOTA, 03 de Enero _RAM_ El objetivo de este proyecto es dar competencias al interior de la fuerza militares: Armada Nacional, Fuerza Aérea y Ejército, para que puedan combatir la criminalidad organizada en el territorio nacional, y se proteja a las víctimas de estos grupos, La iniciativa es de autoría del senador Juan Lozano, y su ponente es el senador, Armando Benedetti,
Actualmente, esta actividad la ejerce la Policía Nacional. Por eso, el proyecto dispone que para mantener la integridad y defender el orden constitucional, las Fuerzas Militares deberán diseñar, desarrollar, ejecutar y conducir operaciones militares que permitan combatir efectivamente los grupos criminales, armados y organizados, sin perjuicio de las operaciones que adelante la institución policial.
“Este no es solamente un problema de Policía y de seguridad ciudadana barrial. Es un problema de Estado”, afirma el Senador Lozano.
Define como grupo criminal, armado y organizado, el conjunto de personas al margen de la ley, que realizan operaciones ilegales repetidas sobre una parte del territorio nacional, sin ningún móvil ni finalidad política, cuyo nivel de hostilidades, armamento disponible y capacidad ofensiva afectan o ponen en peligro a la ciudadanía y a las instituciones.
A sus integrantes no les serán aplicables los procesos de desmovilización previstos en la Ley 418 de 1997 (Justicia y Paz), porque no se contempla ningún tipo de estatus diferente.
La investigación y juzgamiento de las conductas sancionables atribuidas a los miembros de la Fuerza Pública, realizadas en cumplimiento de cualquier tipo de operación destinada a combatir los grupos criminales, armados y organizados, se aplicarán las normas del Derecho Internacional Humanitario.
Para poner en marcha el proyecto, el Gobierno nacional identificará los grupos criminales, armados y organizados y autorizará, a través del Ministerio de Defensa Nacional, las operaciones necesarias para darle cumplimiento a esta ley.
Su autor, explica que a las Bacrim y grupos criminales, armados y organizados, se les enfrenta con las mismas armas y capacidad que se usa para enfrentar a los delincuentes del barrio. “El Ejército Nacional, por ejemplo, no puede enfrentar las Bacrim como enfrenta a las guerrillas, y no se puede emplear a plenitud la capacidad ofensiva del Estado para combatir este flagelo”, dice.
Deja claro que es en consideración a su nivel de hostilidades, a su armamento disponible, a su capacidad ofensiva y de causarle daño a la sociedad y a las instituciones, es procedente el proyecto.
“Estas bandas potencian su actuar criminal con elementos propios de un ejército irregular: usan uniformes, poseen armas de asalto o armas largas, tienen campamentos, conforman estructuras jerarquizadas, poseen capacidad de combate y de acciones concertadas, y, además, en ocasiones se encuentran asociadas con los grupos insurgentes”, explica el congresista.
Otro factor importante que hace de la fuerza de estos grupos una amenaza al Estado, dice el Senador Lozano, es que poseen conocimiento en las tácticas de guerra, heredados de los antiguos entrenamientos y prácticas que realizaban los grupos de autodefensas.
Además, que pese al incremento de la Fuerza Pública y las acciones de la Policía Nacional, entidad encargada de enfrentar este flagelo, la capacidad de reclutamiento de estas organizaciones criminales sigue en aumento. En 2011, se estima que aumentaron en más de 415 mil sus hombres.
“El caso más emblemático es el de los Urabeños, donde se ejemplifica cómo entre el 2008 y el 2009 aumentaron sus reclutamientos en más de mil hombres”, explica el congresista.
Explica el Senador, que en el extenso territorio colombiano se encuentran varios tipos criminales organizados como son: Ejército Revolucionario Popular Anticomunista Colombiano-Erpac: (De acuerdo con informaciones oficiales, este grupo depuso sus armas), ejercía control sobre los departamentos de Arauca, Caquetá, Guainía, Casanare, Vichada, Guaviare y Meta.
Están Los Paisas, con marcada influencia en Antioquia, Atlántico, Sucre, Bolívar, Córdoba, César, La Guajira y Magdalena.
Los Rastrojos, que su influencia está en Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Caquetá, César, Córdoba, Chocó, La Guajira, Magdalena, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Santander, Sucre y Valle.
Águilas Negras: Se caracterizan por su enorme influencia en Antioquia, Arauca, Bolívar, Boyacá, Caldas, Cauca, Córdoba, Chocó, Bogotá, Magdalena, Meta, Nariño, Norte de Santander, Quindío, Risaralda, Santander, Sucre y Valle.
Asegura el senador Lozano, que el proyecto fue consultado con el Gobierno Nacional y tiene el respaldo explícito del Presidente de la República y el acompañamiento del Ministerio de Defensa.