Revocatoria, sin apoyo partidista

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BOGOTA, 03 de Enero ­_RAM_ La propuesta de Miguel Gómez, representante a la Cámara, de revocar el mandato de Gustavo Petro no tuvo buena acogida en los partidos políticos. La falta de apoyo, incluso del Partido de la U, al que pertenece, no es un problema sino una ventaja, sostiene el congresista bogotano. Pero la falta de eco político para la propuesta la puede dejar en el olvido o deslegitimarla.

En el Concejo de Bogotá el respaldo no existe. Entre los cabildantes liberales, conservadores, de la U y de Cambio Radical, partidos que durante el primer año de Petro en la Alcaldía ejercieron una fuerte oposición, el comentario común es que la propuesta es apresurada. Sin embargo, algunos concejales, como Clara Lucía Sandoval, comparten la argumentación de Gómez y creen que “es la respuesta de la gente a la improvisación e irresponsabilidad”.

Al interior de los partidos que han respaldado al alcalde, como el movimiento Progresistas y el Polo Democrático, no sólo se cuestiona la propuesta sino la legitimidad moral de Gómez y su partido. El hecho de que Gómez pertenezca al Partido de la U, que cogobernó durante la administración de Samuel Moreno y que nunca hizo una propuesta de este tipo durante los cuatro años anteriores, les hace pensar que el interés del representante no es más que un “revanchismo” político y no un interés genuino en el bienestar de la ciudad.

“El hecho de que no sea respaldada por ningún partido político hace que la iniciativa sea totalmente ciudadana. Yo no sé si es que los partidos le tienen miedo a la gente, pero la explosión de mensajes de respaldo que he recibido por las redes sociales es abrumadora”, dice Miguel Gómez, y además afirma que la recolección de las cerca de 290.000 firmas necesarias para llegar a la consulta popular la harán los bogotanos que se quieren sumar a la propuesta donando su tiempo y trabajo.

En la última encuesta del año realizada por la firma Gallup, Petro tuvo una desaprobación del 68%. Una cifra alrmante, aun cuando los sondeos oficiales son más favorables para el Alcalde.

Lo cierto es que cuando, antes del próximo 25 de enero, la Registraduría defina la pregunta que acompañará los formularios para las firmas, se abrirá un plazo de seis meses para que Gómez convenza a los bogotanos de que deben respaldarlo.

Si lo consigue, llegará un escenario que puede resultar beneficioso para el alcalde: volver a la plaza pública, donde ya ha demostrado gran solvencia, a defender su proyecto político y de ciudad y demostrar que todos los traspiés de este primer año hacen parte de una transición.

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