Colombia y Venezuela inician una nueva fase en su atropellada agenda bilateral

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La convulsa relación entre Colombia y Venezuela entra en una nueva era de su historia diplomática. El presidente Gustavo Petro oficializó el nombramiento de Armando Benedetti como embajador en Caracas, en respuesta a la designación del excanciller Félix Plasencia como representante de Nicolás Maduro en Bogotá.

Tanto Petro como Maduro depositaron en sus emisarios la misión de normalizar las relaciones bilaterales. Ambos, particularmente, vienen de ser sus hombres de confianza: Benedetti era la mano derecha del mandatario durante la campaña y Plasencia estuvo en la Cancillería venezolana como el más alto diplomático del régimen.

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La designación de los embajadores es determinante para la reactivación de los vínculos políticos entre los dos países, un puente que estaba roto desde febrero de 2019 cuando ambas partes terminaron a raja tabla la relación ya fracturada. Ese mes el exmandatario Iván Duque reconoció al opositor Juan Guaidó como presidente interino, después de que Maduro se proclamó como presidente a pesar de las irregularidades que hubo en su reelección.

Pero los quebrantos en la familiaridad binacional habían comenzado mucho antes de la era Duque en la Casa de Nairño. Desde 2015, cuando Juan Manuel Santos era presidente, el régimen expulsó a los colombianos que residían en la zona de frontera y Maduro dejó de ser ese “nuevo mejor amigo” de Santos.

Así que esta fase de restablecimiento de relaciones entre Colombia y Venezuela abre un capítulo más entre las naciones que suscita la expectativa de políticos de lado y lado de la frontera, pero también de Estados Unidos –que mira los recursos naturales de Venezuela y también las violaciones a los Derechos Humanos perpetradas por el régimen– y de otros actores de la comunidad internacional que tenían la lupa puesta sobre la migración.

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“He decidido, en respuesta al gobierno venezolano que ha designado embajador que tendrá como responsabilidad normalizar las relaciones diplomáticas entre los dos países, designar a Armando Benedetti como embajador de Colombia ante Venezuela y también con la ardua tarea de normalizar las relaciones entre los dos países”, anunció Petro en la noche de este jueves.

El mandatario encomendó a Benedetti las misiones de restablecer la institucionalidad que existía décadas atrás “para que los dos pueblos hermanos puedan guarecer sus derechos, garantizar sus libertades y lograr que entre Colombia y Venezuela se pueda construir riqueza para ambos países”.

El catálogo de pendientes entre Colombia y Venezuela es extenso e inicia por la reactivación del comercio en la frontera de 2.219 kilómetros, una tarea que compromete las economías de los departamentos y estados ubicados en la zona limítrofe.

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Más allá de lo económico, en la agenda bilateral también está el renglón de la seguridad por la presencia de las disidencias de las Farc y de la guerrilla del ELN en Venezuela, además de los grupos narcotraficantes que utilizan las rutas de ese país para sacar las sustancias ilícitas al resto del mundo.

Además, en Colombia residen 2,4 millones de migrantes venezolanos que huyeron de su país por la crisis humanitaria compleja que allí se vive, una población para la que el gobierno de Petro quiere buscar un plan de retorno voluntario.

El último embajador de Colombia en Venezuela había sido Ricardo Lozano, quien dejó esa delegación diplomática en enero de 2018. Desde ese momento y hasta la ruptura total de febrero de 2019, quienes lideraron los consulados colombianos en ese país fueron diplomáticos designados, como Germán Castañeda, quien era el encargado de negocios. Entre tanto, Pavel Rondón fue el último emisario del régimen en Bogotá.

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