La ley del Montes | ¿Y el uribismo qué?

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POR OSCAR MONTES

@LEYDELMONTES

Definida la segunda vuelta entre Gustavo Petro Rodolfo Hernández, la pregunta que surge es ¿qué pasará con el uribismo? Aunque Federico ‘Fico’ Gutiérrez se mostró siempre como un candidato independiente, es evidente que la inmensa mayoría de sus votos llegaron de las toldas de los seguidores del expresidente Álvaro Uribe, quien por pura estrategia electoral ha optado por no tener ninguna participación en la actual campaña presidencial.

En estos momentos los más de 5.000.000 de votos de Fico Gutiérrez deben tener un destino. No pueden quedar en el aire. El mismo domingo en la noche –luego de reconocer que no pasaba a la segunda vuelta– Fico Gutiérrez anunció que tanto él como su fórmula vicepresidencial, Rodrigo Lara Sánchez, votarían por Rodolfo Hernández. El argumento para tomar esa decisión fue muy simple: en sus manos no están en juego ni la democracia, ni la libertades de los colombianos.

El mensaje del candidato del Equipo por Colombia fue acogido por la gran mayoría de sus votantes, quienes consideran que Gustavo Petro –a diferencia de Hernández– no brinda ni estabilidad económica, ni garantías democráticas, ni respeto por las libertades individuales. Aunque reconocen que Hernández no es lo suficientemente uribista como ellos quisieran, tienen la convicción de que “cualquiera es mejor que Petro”.

Es decir, ellos no van a votar por Rodolfo Hernández, sino en contra de Gustavo Petro.

Si las elecciones fueran una simple operación matemática se podría decir que los 6.000.000 de votos de Hernández, más los 5.000.000 de Fico, le estarían garantizando la Presidencia al ex alcalde de Bucaramanga, pues Petro no tiene mucho margen para obtener los casi 2.000.000 de votos que les faltan para imponerse en la segunda vuelta.

Pero si bien es cierto que las elecciones se ganan con votos, esos votos hay que conseguirlos. Hay que sudarlos y trabajarlos. Nadie garantiza que los 5.000.000 de votos de Fico puedan trastearse de forma automática para donde Hernández. El asunto es mucho más complejo. La idea es sumar votos, no restarlos. Cualquier movimiento, gesto o declaración destemplada o altisonante podría significar espantar muchos votos y por consiguiente perder la Presidencia.

A Rodolfo Hernández le ha funcionado hasta ahora su rebeldía contra los partidos políticos y contra la clase política. En momentos en que el Pacto Histórico de Petro le abre las puertas a todo el que quiera llegar, incluyendo a políticos cuestionados y señalados de corruptos, Hernández sigue despotricando de los partido políticos, a quienes responsabiliza de la “robadera”, que él se compromete acabar.

Con su estrategia Hernández logró lo que parecía imposible: poner a Petro del lado de establecimiento político del país. Mientras Hernández no ahorra esfuerzos para tratar de ahuyentar a la clase política, Petro se esmera por atraer a los más connotados y cuestionados representantes de la clase política nacional.

En su afán por evitar que los votos uribistas se trasladen para donde Rodolfo Hernández, los estrategas del Pacto Histórico están promoviendo en las redes sociales el voto en blanco, como una manera de neutralizar la votación que obtuvo Fico Gutiérrez en la primera vuelta. La utilidad del voto en blanco es estos momentos es nula. Si quienes votaron por Fico ahora votan en blanco lo único que están haciendo es favoreciendo a Petro, pues se trata de votos que no llegarían donde Hernández. Por esa misma razón es que Hernández debe cuidarse de no soltar la lengua contra el uribismo cada vez que le ponen un micrófono en frente. Si no los quiere, tampoco los maltrate. Tan simple como eso.

Así las cosas, lo que sí es cierto es que el uribismo –ya sin Uribe– será determinante en la segunda vuelta. Si se va para donde Hernández –aunque sin aparecer en la foto– le pondrá los votos suficientes para derrotar a Petro. Pero si se margina de la segunda vuelta y no se pone la camiseta del ex alcalde de Bucaramanga, entonces Petro tendrá el camino despejado para llegar a la Casa de Nariño.

Es decir, aunque ya no esté Uribe como protagonista principal de la política nacional, el uribismo seguirá vigente definiendo la suerte de la Presidencia de la República. Y el primero que debería entenderlo es uno de los aspirantes a la Casa de Nariño: el ingeniero Rodolfo Hernández, quien debe saber que para derrotar la corrupción y acabar con la “robadera” lo primero que tiene que hacer es ganar la Presidencia.

La segunda vuelta medirá el antipetrismo nacional

La segunda vuelta presidencial servirá para medir el “antipetrismo” nacional. Es evidente que buena parte de los votantes de Rodolfo Hernández, más que “rodolfistas” son “antipetristas”. La segunda vuelta presidencial no se gana por afectos, sino por resentimientos. Y si bien es cierto que Petro tiene muchos afectos –de hecho fue el ganador de la primera vuelta con 8.500.000 votos– también es evidente que hay una enorme cantidad de colombianos que no lo quieren y que van a hacer hasta lo imposible por derrotarlo en las urnas. Su lema es muy simple: cualquiera menos Petro.

Al desaparecer la figura de Uribe de la contienda electoral –que movía millones de votos “antiuribistas”– ahora para la segunda vuelta solo quedaron el “petrismo” y el “antipetrismo”, que sin duda se harán sentir el próximo 19 de junio. Ahí radica el afán de los seguidores de Petro –y del propio Petro– de graduar de uribista a Rodolfo Hernández. La estrategia no les ha funcionado porque el ex alcalde de Bucaramanga se desmarcó muy rápido de Uribe, tanto que se fue al otro extremo, lo que no deja de ser una apuesta arriesgada.

Fico Gutiérrez, la reserva de la centro derecha para el futuro

Aunque carece de una trayectoria política y su nombre aún sigue siendo desconocido para muchos colombianos, Fico Gutiérrez logró posicionarse como una reserva de la centro derecha nacional. Punto. Su campaña se caracterizó por el respeto a sus contrincantes y su propósito de darle altura al debate electoral. Sin ser uribista pura sangre, Fico logró seducir a la inmensa mayoría de los fervientes seguidores de Álvaro Uribe, quienes hoy lo ven como una figura para próximas contiendas electorales. Sea cual sea el resultado de la segunda vuelta, la voz de Fico Gutiérrez se hará sentir ante el próximo gobierno.

Su gesto de respaldar de inmediato a Rodolfo Hernández –sin pedir nada a cambio y sin poner condiciones– fue interpretado por sus seguidores como gallardo y patriótico. Mientras –dicen muchos de sus votantes– Fico con 5.000.000 de votos ofreció su respaldo inmediato a Hernández, Sergio Fajardo, con muchísima menos votación, ha puesto cualquier tipo de condiciones. Así las cosas, es claro que la gran mayoría de los votos de Fico Gutiérrez irán para donde Hernández, pues para donde Petro es imposible que lleguen. El voto en blanco no es una opción viable, puesto que terminaría favoreciendo a Petro.

Petro busca con urgencia un candidato uribista

Por primera vez en muchos años la figura de Álvaro Uribe no será protagonista de primer nivel en unas elecciones presidenciales. Desde su llegada a la Casa de Nariño por primera vez en agosto de 2002 hasta las elecciones presidenciales de 2018, con la elección de Iván Duque, el nombre de Álvaro Uribe ha sido el centro de atención electoral.

Juan Manuel Santos llegó a la Presidencia por primera vez siendo su amigo y la segunda siendo su enemigo político. Duque llegó por ser “el que diga Uribe”. En esta oportunidad la figura de Uribe no es protagonista. Y –¡oh paradoja!– eso terminó siendo un problema para el propio Petro, que se quedó sin rival a vencer. De ahí su afán por graduar de uribista a Rodolfo Hernández, como hizo con Fico Gutiérrez durante la primera vuelta presidencial.

En la medida en que haya antiuribismo habrá petrismo y en la medida en que haya antipetrismo habrá uribismo. Al no ser Uribe el centro de atención en esta oportunidad, la segunda vuelta pasa a ser el gran termómetro del “antipetrismo nacional”. Y ese antipetrismo se expresaría en la votación a favor de Rodolfo Hernández. ¿Esos votos le alcanzarán para ganar? La respuesta se sabrá el próximo 19 de junio.

Voto en blanco, un caramelo envenenado para los uribistas

En la medida en que Gustavo Petro logre restarle votos uribistas a Rodolfo Hernández sus posibilidades de éxito crecen. La mejor manera es impedir que los 5.000.000 de votos de Fico se trasladen casi de forma automática para dónde el ex alcalde de Bucaramanga. Si todos esos votos terminan donde Hernández, Petro perdería en la segunda vuelta. Pero si buena parte de ellos no llegan hasta las toldas de Hernández, entonces Petro sería el ganador.

Como las probabilidades de que quienes votaron por Fico lo hagan por Petro en segunda vuelta son nulas; entonces, la estrategia diseñada por Petro es la promoción del voto en blanco, que le permitiría restarle votos a Rodolfo Hernández. Ocurre, sin embargo, que en esta oportunidad el voto en blanco no se comportaría como un “voto castigo”, contra los dos candidatos, sino como un “voto premio” para Petro, que sería el gran beneficiado.

De manera que en las actuales circunstancias el voto en blanco, como promueven los petristas, no es una opción viable para los uribistas. Todo lo contrario: terminaría beneficiando al único candidato que ellos quieren vencer, que no es otro que Gustavo Petro.

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