Autoridades ambientales pedirán a la ONU prohibir exploración petrolera en el Gran Caribe

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Un comunicado de las autoridades ambientales del Sistema Regional de Áreas Protegidas del Caribe Colombiano (Sirap), señala que el presidente del Consejo Directivo de la entidad, José Fernando Tirado, «le propone a las Naciones Unidas que promuevan la abstención de actividades de exploración y explotación de hidrocarburos en el Gran Caribe».

Para el funcionario, con esas acciones los pobladores del archipiélago de San Andrés «se verían afectados por las actividades de exploración y explotación de petróleo» porque alterarían la forma en que ellos generan «su vida y su economía de la Reserva de Biosfera».

Un fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya estableció el pasado lunes nuevos límites entre Colombia y Nicaragua en el Caribe, en el que se ratifica la soberanía colombiana de siete cayos caribeños cercanos a las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, y entrega a Nicaragua zonas marítimas que los rodean, ricas en pesca y otros recursos naturales.

La preocupación expresada por Tirado se basa en las declaraciones del embajador nicaragüense en Holanda, Carlos José Argüello, quien afirmó hoy que los intereses de ese país estaban guiados también hacia el subsuelo «donde puede haber petróleo y otro tipo de minerales y riquezas».

El también agente de Nicaragua ante la CIJ declaró a medios oficiales nicaragüenses que el tribunal, con el fallo, «le ha agregado un potencial de riqueza y un futuro de explotación de pesca y quien sabe que otro tipo de recursos increíbles a Nicaragua».

Los 349.800 kilómetros cuadrados de mar que conforman la Reserva de la Biosfera Seaflower, en el Caribe, conservan ecosistemas estratégicos que son los que garantizan no solamente la seguridad alimentaria del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, sino también de los países que hacen parte de la Cuenca del Gran Caribe.

Por su lado, el experto en Áreas Protegidas y actual director de Cooperación y Asuntos Internacionales del Caribe, Luis Alfredo Calero, señaló que desarrollar actividades de exploración y explotación en la zona sin tecnología adecuada «sería una actividad de alto riesgo para la fauna y flora y las poblaciones que dependen de ella».

Explicó que «dado que las corrientes marinas del Caribe son circulares en caso de un derrame de hidrocarburos afectaría los recursos naturales y las actividades económicas de todos los países del Gran Caribe».

Seaflower es el hábitat de más de 400 especies de peces, tiene ecosistemas completos e interconectados con la presencia de un amplio y diverso rango de hábitats y complejas formaciones coralinas resistentes a fenómenos climáticos severos que sirven de investigación científica para la adaptación al cambio climático.

EFE

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