Sentencia inapelable

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Redacción Central
Trinchera de la Noticia

El gobierno de Daniel Ortega reaccionará a mediodía de hoy al fallo de La Haya y a la posición que Colombia tome tras conocer un fallo en que los sudamericanos se sienten “confiados” aunque los especialistas insisten que perderán mucho de lo que ahora tienen.

Aunque el presidente Juan Manuel Santos trató de “calmar” a los ciudadanos de su país fomentando el optimismo acerca de la sentencia, otras voces lo han contradicho.

Para Nicaragua lo que dicte o no La Haya es de “ganar ganar” aunque perdamos la Isla de San Andrés y las siete islas e isletas que Colombia defiende como propias y sobre las que quiere se aplique una norma en desuso.

Fuentes del gobierno de Nicaragua dijeron que el mensaje de Ortega instará a Colombia a aceptarlo y no caer en la tentación de no aceptarlo una alternativa que sigue siendo el as bajo la manga del presidente Juan Manuel Santos.

La sentencia de la Corte Internacional de Justicia es inapelable pero Colombia podría ensayar un intento de recurrir a la Organización de Naciones Unidas para solicitar una “revisión” del caso, lo que no ocurrió antes.

Sin embargo, la palabra de Santos ya está empeñada y tendrá que cumplir aceptando la resolución. Para Ortega la sentencia, aunque perdamos, será aceptada.

El mensaje del mandatario también llevará un contenido de reconciliación y planteará a Colombia la posibilidad de trabajar juntos en el Mar Caribe, según la fuente. Insistirá en el respeto a la nueva frontera que será definida hoy y reiterará que protegerá los intereses nacionales y la soberanía a partir de la fecha.

Colombia quiere todo

El Gobierno de Colombia quiere todo para sí mismos y encerrar a Nicaragua al oeste del cayo Quitasueño que será recuperado por nuestro país si la Corte Internacional de Justicia aplica su consabida filosofía “salomónica”

Los colombianos durante 200 años nos han encerrado en una “piscina” frente a Corn Island y ejercido arbitrariamente presiones con sus naves de guerra para impedir que los nicaragüenses retomáramos nuestros derechos.

La embajadora colombiana ante la Haya, Sonia Pereira, dijo que espera “que la corte ratifique la soberanía de Colombia sobre todos los cayos que componen el archipiélago de San Andrés”, que son siete.

Asimismo, se manifestó segura en que el tribunal de La Haya “fije la línea de delimitación marítima entre el archipiélago y la costa de Nicaragua, es decir, al occidente del archipiélago y no al oriente como lo está solicitando Nicaragua”.

“Estamos muy confiados que la Corte rechazará la pretensión de Nicaragua de encerrar con un enclave al archipiélago y fijar la línea al oriente del mismo”, señaló.

“Colombia ha demostrado con títulos históricos y jurídicos y con evidencias el ejercicio de soberanía durante 200 años sobre todos los componentes del archipiélago. Así que estamos seguros que la Corte nos va a confirmar esos derechos, esa soberanía”, agregó.

Las delegaciones de Colombia y Nicaragua se reunirán a las 6:00 a.m. hora de Nicaragua (14.00 GMT) en un salón de las dependencias del tribunal cercanas al histórico Palacio de la Paz para escuchar, durante un máximo de dos horas, el repaso de los antecedentes del caso, los alegatos de las partes y el fallo final.

La resolución de la CIJ, que es inapelable, pondrá un punto y aparte de una controversia jurídica de once años pero que diplomática y políticamente se remonta a 1980, cuando Nicaragua dio por inválido el Tratado Esguerra-Bárcenas de 1928/1930.

El temor por la frontera

El diario El Universal de Bogotá reportó ayer que “el histórico litigio por los límites entre Nicaragua y Colombia, que mañana dirimirá la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, no solo pone en juego la soberanía sobre media docena de cayos y cientos de millas de mar, sino también un importante caladero y un yacimiento de crudo sin explorar”.

Agrega que “que esas aguas del mar Caribe son una despensa de langostas, caracol y pescado para las comunidades de las islas colombianas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; al tiempo que albergan más de 3.000 millones de barriles de petróleo, según estudios oficiales”.

“Los alegatos de ambos países ante el tribunal reivindican la soberanía sobre los siete cayos en discusión, y mientras Colombia pide un límite que mantenga bajo su dominio el archipiélago, Nicaragua solicita enclavar las citadas islas con una reducida proyección marítima para quedarse con el resto de las aguas”, indica.

El politólogo e internacionalista Andrés Molano, de la Universidad del Rosario de Bogotá, dijo a Efe que Colombia es quien más tiene que perder si el fallo no le es favorable, pues durante dos siglos ha ejercido la soberanía sobre las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, además de sus cayos adyacentes.

Sin embargo, apuntó que los grandes perjudica dos serían los isleños y no tanto el Estado, pues son quienes a diario se desplazan a los cayos de Quitasueño y Serrana para pescar y garantizar su supervivencia. La pesca tradicional es, junto con el turismo, la actividad económica más importante para los habitantes de este remoto archipiélago, ubicado a 190 kilómetros de Nicaragua y a 775 de la Colombia continental.

“Nicaragua es el que no tiene nada que perder, y máxime si tenemos en cuenta que es uno de los Estados más pobres de las Américas, al que le vendría muy bien el hecho de poder acceder a recursos pesqueros y de petróleo”, agregó Molano.

“El país centroamericano ya manifestó en 2002 su interés en explotar la riqueza en hidrocarburos de esta zona, cuando convocó a una licitación internacional para otorgar concesiones petroleras en aguas caribeñas.

“Este desafío, que tuvo lugar un año después de que Nicaragua demandara a Colombia ante la CIJ y reclamara todas las islas, motivó una enérgica protesta del país andino al detectar una violación de su jurisdicción.

“Mientras tanto, Colombia no propició la exploración y explotación de este yacimiento hasta 2010, cuando la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) sacó a subasta dos bloques ubicados en San Andrés, que fueron adjudicados a la hoy disuelta hispano-argentina Repsol-YPF y a la estatal Ecopetrol.

“Pero el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó en octubre de 2011 la suspensión de estas concesiones y prohibió la extracción de gas y petróleo en el archipiélago porque acoge un “importante” patrimonio ecológico, social y cultural que debe preservarse con cuidado. Este archipiélago, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco en el año 2000, cuenta con uno de los arrecifes más extensos de América que se ve cada vez más amenazado por el efecto del turismo masivo, la construcción indiscriminada en las costas de las islas y la superpoblación.

“El “mar de los siete colores”, como reza el acertado reclamo turístico del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, es también un objeto codiciado por su ubicación estratégica. Y así lo demuestran los constantes decomisos de cocaína que hace la Armada (marina) colombiana en las inmediaciones de las islas a lanchas de grupos narcotraficantes que han escogido esta ruta para sacar la droga de Colombia y llevarla a países centroamericanos en su viaje hasta Estados Unidos”, concluye El Universal.

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