Lasso gana la presidencia de Ecuador en victoria sorpresiva sobre su rival socialista

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Por Alexandra Valencia y Brian Ellsworth

QUITO, 11 abr (Reuters) – El banquero ecuatoriano Guillermo Lasso obtuvo una victoria sorpresiva en la segunda vuelta presidencial del domingo contra el economista de izquierda Andrés Arauz, poniendo al país en camino de mantener las políticas abiertas al mercado en lugar de volver al socialismo.

Su victoria será bienvenida por los inversores extranjeros, que quedaron desconcertados por las promesas de Arauz de un amplio gasto social pese a las débiles finanzas públicas y una economía con problemas de liquidez, y contrarresta una tendencia en América Latina de triunfos electorales para la izquierda en Argentina y Bolivia.

No obstante, también enfrenta un panorama desafiante para reactivar una economía que todavía está luchando después de un brutal brote de coronavirus el año pasado, que se ha disparado en los últimos meses en medio de una campaña de vacunación que avanza con lentitud y denuncias.

«Es un día en que todos los ecuatorianos han decido su futuro, han expresado con su voto la necesidad de cambio y el deseo de mejores días para todos», dijo Lasso en un mitin donde sus partidarios eufóricos coreaban «¡Lasso presidente!».

Partidarios del candidato presidencial Guillermo Lasso celebran al cierre de los colegios electorales en Guayaquil, Ecuador. 11 abril 2021. REUTERS/María Fernanda Landín.

Lasso obtenía el 52,5% de los sufragios, por el 47,5% de Arauz, con casi la totalidad del escrutinio, según cifras oficiales del Consejo Nacional Electoral, que no declarará formalmente a Lasso ganador hasta que realice una revisión de actas observadas.

Arauz reconoció la derrota en un discurso que fue marcadamente diferente a su tono combativo de la campaña electoral.

«Este es un traspié electoral, pero de ninguna manera es una derrota política ni moral porque nuestro proyecto es de vida, es una lucha», dijo Arauz, quien llamó a Lasso para felicitarlo.

La tercera candidatura presidencial de Lasso parecía poco probable en una nación cansada de dolorosas medidas de austeridad económica e inicialmente cautiva por las promesas de Arauz de donar 1.000 dólares para familias pobres y un retorno a la generosidad del socialismo.

Lasso, de 65 años, se despojó de su imagen conservadora en la segunda vuelta prometiendo avances en asuntos como los derechos a los animales y más esfuerzos para detener la discriminación por orientación sexual.

El candidato presidencial Guillermo Lasso (centro) saluda a sus partidarios junto a su esposa, María de Lourdes Alcivar, y el exalcalde de Guayaquil Jaime Nebot tras ganar la presidencia en Guayaquil, Ecuador. 11 abril 2021. REUTERS/María Fernanda Landín.

Seguidores de Guillermo Lasso celebran tras ganar las elecciones presidenciales en Guayaquil, Ecuador. 11 abril 2021. REUTERS/María Fernanda Landín.

«Sin perfil propio»

Arauz fue incapaz de separar su imagen de la de su mentor, el expresidente Rafael Correa, quien obtuvo un amplio apoyo popular para los programas de bienestar social durante la década que estuvo en el poder.

Sin embargo, Correa también fue visto como un político combativo y su reputación quedó empañada por cargos de sobornos de los cuales fue declarado culpable en ausencia mientras se encontraba en Bélgica, donde vive actualmente.

«Fue una candidatura que no logró definir un perfil propio y distanciarse de Correa, porque sabía que al hacerlo se quedaba huérfano de la votación dura que está detrás de Correa», dijo el analista político Julio Echeverría.

Las cifras de la autoridad electoral muestran que hubo casi 1,7 millones de votos nulos, probablemente el resultado de la llamada del activista indígena Yaku Pérez a simpatizantes para anular sus votos.

Pérez se postuló en la primera ronda presidencial de febrero y perdió por poco ante Lasso su puesto en la segunda vuelta. El activista atribuyó su derrota a un fraude electoral que denunció sin mayores pruebas.

Al asumir el cargo el 24 de mayo, Lasso tendrá que demostrar que es más exitoso que el presidente Lenín Moreno en el uso de las políticas de libre mercado para estimular la economía.

Moreno, que no buscó la reelección, impuso dolorosa medidas de austeridad como parte de un acuerdo de 6.500 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional, persiguió acuerdos comerciales y buscó estimular las industrias de exportación.

No obstante, no logró reactivar a la economía que ya estaba débil debido a los bajos precios del crudo cuando llegó la pandemia de coronavirus.

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