Los embarazos tras una violación son porque “Dios quiere que pasen”

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La nueva polémica sobre el aborto en la campaña estadounidense vuelve a tener firma republicana. Si en agosto un congresista de ese partido dijo que «si se trata de una violación legítima, el cuerpo de la mujer tiene mecanismos para cerrarse del todo” y prevenir el embarazo, ahora es el candidato al Senado por Indianapolis el que ha dicho que los embarazos provocados por una violación son «algo que Dios quiere que pase». El debate sobre la interrupción del embarazo vuelve así a la carrera presidencial a solo 15 días de la cita electoral.

El político Richard Mourdock ha pronunciado la polémica frase este martes en un debate en el Senado, en el que aseguró que la vida comienza con la concepción y mostró su férrea oposición al aborto, salvo cuando la vida de la madre esté en peligro. «Le di muchas vueltas pero me he dado cuenta de que la vida es un don de Dios, y creo que incluso cuando la vida comienza en esa situación horrible de una violación, es algo que Dios quiere que suceda», dijo.

Las reacciones se han sucedido desde ambos bandos en cuestión de minutos. El líder republicano, Mitt Romney, se ha apresurado a poner distancia de las declaraciones de Mourdock, pero las críticas han arreciado desde las filas demócratas.

El presidente del Partido Demócrata en Indiana, Dan Parker, ha emitido un rápido comunicado: «Como católico provida estoy aturdido y avergonzado de que Richard Mourdock crea que una violación es algo que Dios quiere que suceda». «Las víctimas de violación son víctimas de un acto extremadamente violento y el mío no es un Dios violento. ¿Necesitamos más pruebas de que Richard Mourdock es un extremista?», dice Parker en la nota..

El candidato ha dicho en varias ocasiones que se opone al aborto, salvo en los casos de violación, incesto o para salvar la vida de la madre. Además, se ha comprometido a ser un «presidente provida» y su plataforma presidencial apoya la revocación de la decisión de 1973 del Tribunal Supremo de legalizar el aborto, dejando que la decisión dependa de los Estados.

El tema ya está ahora en el centro de la campaña estadounidense, tal y como sucedió el pasado mes de agosto tras las declaraciones del también candidato al Senado, Todd Akin, sobre las violaciones «legítimas». La oleada de críticas llevó entonces a Akin a pedir disculpas, pero se negó a dejar la carrera política pese a las presiones que recibió de parte de su propio partido.

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