Presidente defiende política agraria

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El presidente Juan Manuel Santos, dijo el viernes que el proceso de restitución de tierras a campesinos desplazados por la violencia le está quitando banderas políticas a las FARC, en una réplica a las críticas que hizo un líder guerrillero a su programa agrario.

Santos logró la aprobación en el Congreso de una ley para restituir tierras a desplazados por la violencia y para indemnizar a las víctimas del conflicto interno de casi cinco décadas. Esa legislación está en proceso de implementación.

La restitución de tierras y la atención a las víctimas de la confrontación han sido algunas de las banderas con las que las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que cuentan con unos 9.000 combatientes, han justificado su levantamiento en armas contra el Estado.

«Cuando estos señores de las FARC dicen que esta ley es mentira, es porque les estamos quitando las banderas, es porque ellos saben perfectamente que eso es algo que les quita una de sus banderas de propaganda», aseguró el mandatario en un programa radial.

Su afirmación fue en respuesta a las declaraciones del líder de las FARC Iván Márquez el jueves en la instalación del diálogo de paz en Noruega.

Allí dijo que la titularización de tierras diseñada por el actual Gobierno es una «trampa» y que la entrega de títulos a campesinos busca obligarlos a vender o arrendar sus tierras a multinacionales para explotar recursos naturales.

Santos afirmó que su Gobierno seguirá, con el apoyo de la justicia, devolviendo a todos los campesinos las tierras a las cuales tienen derecho y de las cuales fueron despojados por la violencia.

«Estamos devolviéndoles la tierra a los campesinos, no importa de dónde vengan los victimarios, pueden ser paramilitares pero también la guerrilla. La guerrilla desalojó a muchos campesinos y a esos también les vamos a devolver sus tierras», enfatizó.

El programa de restitución ha provocado varios asesinatos selectivos de líderes de los que reclaman tierras, en ataques atribuidos por el Gobierno a grupos armados ilegales.

GUERRILLA TAMBIEN DESPLAZA

Por su parte, el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, reveló que cerca del 40 por ciento de los campesinos que reclaman tierras dicen haber sido desalojados de sus predios por las FARC.

Colombia y el grupo guerrillero instalaron en Noruega la negociación de paz con la que buscarán poner fin al conflicto interno más prolongado del hemisferio americano, pero el encuentro dejó en evidencia las profundas diferencias que ambas partes deberán zanjar para lograr un acuerdo.

No obstante, Santos dijo el viernes en la tarde que su Gobierno sabe qué quiere con la negociación y aseguró que si fracasa el fallido ensayo no tendrá costos para el país.

«Hemos hecho un esfuerzo serio, discreto. Vamos a ver si estas conversaciones producen los resultados. Sabemos perfectamente qué queremos, sabemos exactamente dónde están las líneas rojas, qué podemos ceder, qué no podemos ceder», afirmó.

«Ojalá se pueda dar ese resultado. Sería maravilloso para todo el mundo. Pero si no se da, hemos hecho tan bien las cosas, de forma tal que al país no le cueste nada haber ensayado», agregó.

En el proceso, y bajo el principio de «nada está acordado hasta que todo esté acordado», se discutirán políticas de desarrollo agrario, garantías para el ejercicio de la oposición política, el fin del conflicto, la solución del narcotráfico y la compensación a las víctimas.

El naciente diálogo, que se trasladará a Cuba en noviembre, es el primer intento en más de una década para encontrar una solución a una confrontación que impide una mayor expansión a la cuarta economía de América Latina, que vive un auge petrolero y minero impulsado por la inversión extranjera.

Las FARC, consideradas terroristas por Estados Unidos y la Unión Europea, surgieron en la década de 1960 como un grupo de campesinos que reclamaba una reforma agraria. Pero con el paso de los años se convirtieron en una poderosa máquina de guerra que según analistas y fuentes de seguridad, se financia con dinero del narcotráfico.

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