El Ojo del Halkón: Política y fútbol

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Por: Rubén Darío Mejía Sánchez

BOGOTA, 18 de julio de 2020 RAM_ Decían los abuelos que del afán no queda sino el cansancio y entendemos al presidente Duque por las presiones que tiene de los gremios económicos, de los dirigentes deportivos, en especial los del fútbol, de los medios de comunicación y en especial de un sector de sus colaboradores más cercanos.

Cuando tomé la determinación de ser periodista, creí que lo mejor era dedicarme a comentar dos temas bastante importantes, uno la política y otro los deportes y después de más de 50 años de ejercicio profesional me he dado cuenta que me fui por un buen camino, porque como dicen ahora los medios modernos son dos fuentes que producen bastante noticia, pero nunca creí qué tanto la política como el deporte y principalmente el fútbol traerían tantos dolores de cabeza, por un mal que aqueja a la humanidad qué es la corrupción.

Estamos en medio de una pandemia mundial, apareció un mal que lo llamamos Covid-19 y otros el coronavirus, han sido muchas las vidas que se han perdido y lo peor de todo fue que quedó demostrado que el sistema de salud estaba pasando por el momento más difícil y no estaba preparado para enfrentar una situación como esta. Ahí vino Troya y los gobiernos ahora tratan de trabajar contra reloj para frenar este mal, que según dice sólo desaparecerá cuando se haya descubierto una vacuna que sea efectiva y que los países estén en condiciones de compartir sin egoísmos y petulancias.

Algunos gobiernos del mundo no le han puesto cuidado a este tema y siguen perdiendo vidas, pero el asunto económico se ha impuesto muchas veces al valor de la vida y recuerdo ahora cuando me enseñaban que sin salud no valía nada, pero qué pena que para muchos valga más el dinero que la propia salud.

Este no es el tema de hoy, es la instalación de las nuevas sesiones ordinarias del Congreso de la República en Colombia, que según se ha anunciado será de manera virtual y solo los voceros de los partidos o las bancadas representadas en el legislativo se harán presentes porque se teme que la votación secreta en el momento de elegir mesas directivas no sea muy transparente y en eso tienen mucha razón porque en este momento cuando se han perdido los grandes valores y no sabemos para dónde vamos, la deshonestidad reina por donde quiera.

Hay mucho para hacer en el Congreso de la República, qué bueno que los Honorables Padres de la Patria tengan la responsabilidad de cada una de las cosas que deben de hacer para conseguir que se aprueben las leyes que de verdad necesita el pueblo y no pierdan el tiempo como en otras oportunidades.

Como siempre al iniciarse unas sesiones ordinarias se elige presidentes y secretarios de las comisiones y del mismo Congreso y la rapiña política es grande y a pesar de haber acuerdos de antelación éstos no se respetan y lo peor es que se hace lo que quieren las denominadas grandes mayorías, qué decir en este caso los congresistas que toman parte de las bancadas que respaldan al Gobierno, con el fin de aprobarle todos los proyectos que presente el Ejecutivo y que esperamos que sean importantes.

Sabemos que es necesario hacer una reforma al sistema de salud, al sistema penitenciario y a la justicia colombiana, para que no siga siendo manejada de manera tal que sólo los de ruana pagan las faltas contra la ley y no los de cuello blanco.

Hay quejas sobre lo que sucede en este momento con la salud, lo que queda en claro por lo sucedido con la pandemia, cosa que se había podido superar de manera inmediata si se hubiera contado con una buena planeación de los servicios de salud a todos los niveles, otro de los temas como decía anteriormente es la justicia a la que el ciudadano común y corriente le ha perdido confianza y qué decir de la educación, cuando en el momento de la tecnología en los sectores más remotos, los estudiantes no pueden asistir a clases y no tienen los elementos necesarios o equipos para asistir a clase de manera virtual, el Gobierno sigue hablando de la ampliación del internet y los medios electrónicos, pero queda demostrado que todavía falta mucho, como dijera mi tía falta mucho pelo para el moño.

Es importante recordar que ahora con la elección de Arturo Char a la Presidencia del Senado de la República y al mismo tiempo el Congreso, se teme que el poder costeño se tome el legislativo y que sea el partido de Gobierno el que sigue mandando con el respaldo de partidos como Cambio Radical, Partido Conservador, Centro Democrático y el partido MIRA.

No debemos de ser pesimistas y esperemos que este hombre de la dinastía de los Char, del que se dice que no se le ha escuchado la voz durante el tiempo que lleva en el Congreso, se le escuche y sea para cosas muy favorables para el país y que cuando ya regrese la normalidad, las sesiones qué habrá que hacerse virtualmente por el momento, vuelva con toda su fuerza y que demuestren los Padres de la Patria que quieren responder a quienes los han elegido.

Y ahora hablo de otra cosa bastante delicada y es uno de mis deportes favoritos, hablo del fútbol, porque mi otro deporte favorito es el ciclismo.

Nunca pensé que iba a escribir sobre un escándalo tan grave cómo lo que está sucediendo con el fútbol colombiano, la Dimayor no funciona hace muchos años, unos cuantos directivos se creen amos y señores del balompié colombiano y para ponerle el moñito al regalo está el escándalo sobre la reventa de boletería para un mundial y dígase lo que se diga el asunto no está muy claro.

Jorge Enrique Vélez viene del sector privado, es un hombre fuerte, qué se puede decir ha tenido más contradictores que amigos y llegó a la División Mayor del fútbol colombiano para estar al frente del rentado profesional y el asunto no ha sido muy fácil, se hizo uno de los negocios más grandes para conseguir un canal exclusivo para transmitir deporte, pero principalmente el fútbol y hasta ahora se puede decir que ha sido un verdadero fracaso.

En los últimos años el periodismo deportivo ha pasado de ser la gran figura al gran paria del sector de deportes y en especial en lo que tiene que ver con el fútbol, porque a pesar de entender qué es una empresa privada, recuerdo que siempre había una gran relación entre jugadores y directivos del fútbol con los medios de comunicación, pero en este momento solo están de acuerdo con unos pocos que no dicen nada sobre los errores que se cometen y qué hacen que los verdaderos hinchas de este fabuloso deporte se hayan alejado de los estadios y que las mal llamadas barras sean los que se apoderen e impongan la violencia a la que le temen los ciudadanos de bien.

Desde hace pocos años se cambió el sistema de acreditación de los periodistas qué van a los estadios y a eso no me opongo, porque debe haber un filtro para que sólo asistan quienes van a trabajar y no quienes se aprovechan de una credencial para disfrutar del espectáculo, pero aquí las cosas se han hecho al revés y a los verdaderos periodistas se les niega ese derecho, porque se ha dejado en manos de quienes se creen amos y señores de calificar quienes o quién no es periodista y todo aquel que no sea de su satisfacción queda por fuera.

Este año por ejemplo se quedó más de la mitad del periodismo deportivo sin acreditar y algunos personajes de la Federación y de la Dimayor se atrevieron a decir que ellos eran los que tenían el verdadero criterio para hacer lo que hacían y que además eran los dueños del espectáculo, un espectáculo que necesita el apoyo de todos, un espectáculo qué debe de ser para todos los ciudadanos que puedan asistir a los estadios sin miedo y que se den cuenta qué entre las directivas del fútbol todo se hace de manera transparente.

Sería bueno que ahora qué se habla de cambiar a Jorge Enrique Vélez, no se cambiará solo de nombre, sino que se pensara en cómo hacer un campeonato en donde quepan todos los que han trabajado para ello, en donde se respeten los medios de comunicación y dónde la televisión no sea exclusiva para los que tienen la forma de pagarla; porque recordemos que no es justo que una persona pague $30.000 mensuales para ver el fútbol qué es su única entretención y que lo vea por televisión porque no tiene con qué comprar una boleta y ahora ni siquiera pueda verlo gratis, sino limitarse a escuchar los comentarios de algunos que no son claros en lo que dicen y no cuentan las cosas como son.

Bienvenido el cambio en la Dimayor, pero bienvenido el cambio total, sería bueno que con Vélez también se fueran algunos personajes qué sin pena ni gloria tratando de figurar son enemigos gratuitos de los periodistas que están ahí cada día para contar lo que sucede en ese bello deporte.

Termino diciendo, que me da tristeza que se anuncie que la pandemia está en su pico más alto, qué hay mucho peligro de contagio, que muchas personas estén en peligro de muerte y que no se haga nada, porque se habla de tener camas y no se toman medidas sabiendo que la gente común y corriente es indisciplinada y no toma en serio los protocolos que se deben de tomar ante estas situaciones.

Entiendo que muchos lo hacen por hambre, porque las ayudas del Gobierno no han llegado a muchas partes, en parte por qué no alcanza y en parte porque muchos se lo han robado y la situación sigue normal.

No es bueno el enfrentamiento del Gobierno Central con los alcaldes y gobernadores, qué son los que sufren de cerca lo que está pasando en este momento y tampoco es bueno que una situación tan difícil como ésta sea la oportunidad para hacer política y no política de la buena sino política barata, para que los intereses de quienes desean seguir al mando del país se sostengan, a pesar de las circunstancias.

Aunque no he cumplido muchos sueños que he tenido, sigo confiando, que los políticos hagan bien la política, que los gobernantes gobiernen bien y que los directivos del fútbol hagan todo lo posible para sacar adelante este deporte de multitudes y que se respete de verdad la profesión del periodista, porque hay muchos que solo sirven para utilizar la prensa y no para respetarla.

Y digo que espero que se cumplan los sueños, porque dije en una oportunidad que me gustaría escribir la última crónica antes de retirarme sobre una Colombia en paz, porque en los años que tengo siempre la guerra y la violencia han estado presentes y ahora como periodista y en carne propia he sentido lo desagradable y aterradora que es la guerra.

Muchos dicen que aquí no está pasando nada, perdónenme que esté en desacuerdo con ustedes, pero aquí están sucediendo muchas cosas, muchas veces no se hace nada para solucionar o se hace a medias porque el egoísmo nos está matando y solo pensamos en nuestro propio dolor y no en el dolor ajeno.

Este es un momento en el que debemos de salir adelante y saldremos, pero con la responsabilidad de todos, no sólo del Gobierno, los médicos y de quienes trabajan a la sombra para hacer el bien, hay que ser responsables y trabajar todos unidos si queremos que esto sea así.

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