Los «indignados» se tomaron este viernes las calles de las principales ciudades del país para expresar su descontento, en una jornada que denominaron el Día de la Dignidad.
Esta protesta está abierta al inconformismo de los distintos sectores de la sociedad, por lo queen Bogotá se pudieron ver desde grupos de estudiantes del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) que reclamaban por la escasa financiación que reciben, hasta funcionarios judiciales, en huelga desde el pasado jueves.
Pero los «indignados» también se movilizaron en las áreas rurales más remotas de departamentos como el Putumayo, en la frontera con Ecuador, o Norte de Santander, vecino a Venezuela.
Los participantes en todo el país ascienden a 300.000, según indicó David Flórez, portavoz del movimiento de izquierdas Marcha Patriótica y organizador de la iniciativa junto a un centenar de organizaciones no gubernamentales (ONG).
Flórez detalló que la Marcha Nacional de los Indignados se despliega en 25 de los 32 departamentos y tiene un espíritu de «civilizar las múltiples inconformidades del pueblo colombiano con el modelo de país desigual y basado en la extracción que tenemos».
Además, indicó que «en este momento coyuntural hay que exigir la participación directa del movimiento popular en la mesa del diálogo de paz» entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc, que según lo previsto se iniciará el miércoles 17 de octubre en Oslo.
«La posibilidad de construir una paz pasa por discutir el modelo de país con el resto de los colombianos, no puede haber paz si Colombia sigue siendo el país más desigual del mundo», argumentó.
Según medios locales, a lo largo de las movilizaciones se registraron lanzamientos aislados de papas-bomba y de cápsulas de pintura contra algunos edificios. EFE