El peso del cuerpo de dos personas posadas sobre un fragmento de vidrio y que se abrazaban intentando romper el cristal, fue una de las escenas más recurrentes en medio de la instalación de la obra ‘Quebrantos’, un acción de duelo realizada por la escultora colombiana Doris Salcedo y que buscó recordar los nombres de los líderes sociales y comunales asesinados en el país.
Entendiendo que el vidrio al igual que la vida es frágil, y una vez que se rompe no se puede restaurar su condición original, esta representación artística evidenció la realidad de muchos líderes que intentan luchar por un país mejor, en medio de las difíciles condiciones que tiene el país.
Así lo describe Eliécer Chavez, quien llegó del municipio de Apartadó (Antioquia): «Las primeras víctimas del conflicto colombiano somos la población civil. Cuando uno vive en zona de conflicto se vive muy atormentado porque los actores no reconocen que los liderazgos o las personas tengan libre circulación. Entonces eso a veces nos preocupa, la rivalidad fronteriza que ponen los actores genera mucha preocupación y eso es lo que viene generando la quitada de la vida de los líderes».
Nombres como Vicente Borrego, Luis Carlos Tenorio, Samir López, Guillermo Veldaño y Yaneth Calvache fueron algunos de los 165 nombres que se dibujaron con pequeños quebrantos de vidrio, tras algunos cortes y golpes con martillos que permitieron dar forma a los recuerdos de sus acciones y el paso de los años que busca no dejarlos en el olvido.
«Yo llevo tres desplazamientos forzados precisamente por no quedarse callado en este país. Inclusive con el mismo Estado uno tiene problemas por algunas cosas que se vienen denunciando», reiteró Eliécer.
Los 165 nombres fueron seleccionados aleatoriamente de la larga lista de 470 líderes y lideresas asesinados. Estos nombres se escribieron en 35 renglones que cubrieron la totalidad de la Plaza de Bolívar. La transparencia del vidrio evocó la presencia espectral de estas víctimas cuya memoria se debate en la fragilidad del olvido.
«Estas personas ya fueron asesinadas, si las olvidamos las asesinamos dos veces. Este tipo de acto pretende que estas personas se mantengan vivas a través de la invocación continua de sus nombres», dijo Doris Salcedo.
Recordó que «nos corresponde a todos traer a la Plaza de Bolívar, corazón político del país, la presencia de quienes han sido asesinados, para permitir que su ausencia se haga presente en nuestras vidas».
Esta acción de duelo se convirtió en elegía fracturada, en la creación de un poema fúnebre en la Plaza de Bolívar. Según Salcedo, el duelo que tradicionalmente ha sido visto como un acto privado, debe ser transformado -en la actual coyuntura de asesinatos sistemáticos de cientos de líderes sociales- en un acto público. «Necesitamos construir entre todos, una ética y una estética del duelo», recordó.
‘Quebrantos’ se realizó como antesala al primer diálogo para la no repetición, ‘Larga vida a los líderes y lideresas sociales defensores y defensoras de derechos humanos’, que la Comisión de la Verdad realizará el martes 11 de junio en Bogotá.
Es un escenario de encuentro en el que diversos actores sociales e institucionales dialogarán acerca de las violencias que se perpetran desde hace varias décadas contra los y las líderes sociales y que se han agudizado después de la firma del acuerdo final de paz.
Finalmente, el padre Vicente de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, dijo que «esta obra solamente lo que los grandes artistas consiguen, que nos meten a todos nosotros dentro de la obra y muestra cómo el ser humano a quebrado a la sociedad colombiana».