El alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, prometió, a través de su cuenta de Twitter, que la troncal de Transmilenio de la carrera Séptima, que el Distrito pretende dejar licitada y sin ninguna traba jurídica,tendría buses totalmente eléctricos.
Cabe destacar que el reloj le juega en contra a la administración de Peñalosa, ya que solo le quedan siete meses en el Palacio Liévano.
Pero este no es el único problema que debe enfrentar Peñalosa. La Contraloría de Bogotá afirmó el pasado 13 de mayo que la licitación de Transmilenio por la Séptima habría violado el principio de planeación, pues los prepliegos de la licitación se publicaron sin haber finalizado los contratos de los estudios.
Para empeorar el panorama de la Alcaldía de Bogotá y el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), el pasado 22 de mayo, el juzgado 49 administrativo de Bogotá ratificó el fallo emitido el 24 de abril de 2019, en el que le ordenó al IDU suspender provisionalmente la licitación para la construcción de Transmilenio por la carrera Séptima.
El despacho judicial considera que dicho proyecto no cuenta con todos los estudios de suelo y geotecnia para la construcción de dos puentes sobre la avenida Circunvalar con calle 85.
Cabe destacar que no es la primera vez que Peñalosa promete energías limpias para un corredor de Transmilenio. Antes de que se definiera el ganador de la renovación de la flota de la fase I y II de los articulados, prometió vehículos de energía limpia, pero no hubo ninguno eléctrico.
«La administración de Enrique Penalosa acaba de adjudicar la compra de 1143 nuevos buses para Transmilenio. 682 buses, 59.7%, fueron para volvo diesel euro V. 461 buses, 40.3%, fueron para skania, gas, euro VI. Eléctricos 0 (cero). Una tecnología obsoleta diesel se perpetuará en Bogotá», afirmó, en su momento, el concejal Juan Carlos Flórez,