El Ojo del Halkón
Por: Rubén Darío Mejía Sánchez
BOGOTA, 16 de diciembre RAM_ De todo puede pasar en el Congreso de la República de Colombia, y estoy de acuerdo con el Twitter de la semana del diario La República: dicen Tola y Maruja “Atención: una de las ratas que tiraron en el Congreso alcanzó a ser condecorada con la Cruz de Boyacá”.
Da vergüenza ver la forma como se manipuló la primera mitad del periodo legislativo del 2018-2019. Se cayeron leyes, los proyectos fueron manejados al antojo de unos cuántos y pareciera que el Centro Democrático, a pesar de no tener las mayorías, con el liderazgo de Álvaro Uribe Vélez fue el amo y señor de lo que allí sucedía.
Se habló del mal trabajo por parte del Gobierno al defender sus proyectos y se quedó en claro que la falta de la mermelada será causa para que los proyectos no solo del Gobierno sino de la misma autoría legislativa se caigan, porque en un país en donde no se aprueba un proyecto de ley respaldado por un número incontable de votos en una consulta popular, como lo que sucedió en la consulta anticorrupción, no se puede esperar nada.
Los escándalos que se vivieron fueron de talla mayor, el debate escandaloso contra el Fiscal General de la Nación, que no pasó de ser pañitos de agua tibia y el escándalo por los antecedentes, confirmados o no, del Ministro de Hacienda fueron, entre otros, los puntos a destacar por parte del Congreso Colombiano, en donde se luchó para acabar con el proceso de paz, a pesar de las declaraciones de algunos sectores que se escudaban en hablar de cambios en los Acuerdos de La Habana.
Se cerró con broche de oro al ascender a un militar que se señala en un caso de falsos positivos; pero en donde una representante del Centro Democrático lo puso como ejemplo de héroe de la patria, después de haber tenido una orden de captura y no haberse cerrado en su totalidad el proceso, y en donde las familias del fallecido reclaman justicia.
No se puede esperar nada de un Congreso sin independencia, en donde se habla de coaliciones para sacar adelante los proyectos del Ejecutivo y en donde no se dejó trabajar a la oposición, sino que se le atacó desde la otra orilla, como en el caso popular que dice “que Coca Cola mata tinto” o yo diría que tinto mata coca cola; pero esto último sucedería si los partidos hicieran respetar su autonomía y donde de verdad hubiera un límite entre los poderes del Estado, el ejecutivo, el legislativo y el judicial.
Cómo es que un Senador de la República quiere que se le de vía libre a ser nombrado ministro, lo que quiere decir es que ha logrado un premio porque su labor en el Congreso cumplió con los estándares fijados por el Gobierno y bien decía el editorial del periódico La República, que esto terminaba con la institucionalidad y se estaba engañando al lector, al que se le estaba ofreciendo durante los comicios electorales, que se les defenderían sus derechos.
Al Centro Democrático no se le olvidó hacer oposición y lo supo hacer en los puntos que estaba defendiendo sus intereses, para no decir sus benefactores, en las pasadas campañas políticas, y como dice Suso “el que lo entendió, lo entendió”.
Da vergüenza que no se hayan aprobado los puntos clave de la Consulta Anticorrupción, precisamente cuando es la corrupción la que está terminando con el país, ya no se cree ni en el Gobierno, en el Congreso, en la justicia y mucho menos en los políticos, que se han vuelto más politiqueros que representantes del pueblo en las instituciones legislativas.
El escándalo que se presentó por la Ruta del Sol, hubiera sido motivo para que en el Congreso se hubiera formado un bloque para luchar contra la corrupción; pero que hay que esperar cuando la Reforma Política está a punto de hundirse y la Reforma al a Justicia se puede decir que nació muerta.
Sabemos que falta un paso en la aprobación del proyecto de ley de financiamiento, proyecto mas peluqueado, recortado y reformado que ningún otro y en donde faltó que el mismo Ministro de Hacienda lo defendiera y no dejara ese cargo a su Viceministro, un joven que a penas da los primeros pasos en un Gobierno.
No debemos de olvidar que el 2019 puede ser un año lento en actividad legislativa, porque los honorables padres de la patria estarán pendientes de trabajar en las elecciones regionales de ese año y en donde deben fortalecer a los diferentes partidos y en especial sus intereses personales y políticos.
Se habla que muchos de los proyectos que no alcanzaron a ser estudiados en la presente legislatura, se presentarán de nuevo y que se hará todo lo posible por lograr su aprobación.
Hay responsabilidad de todos los sectores, no solo del Gobierno, del Senado y de la Cámara, sino de quienes tienen que ver con los partidos, que no fueron capaces de hacer respetar sus ideas y el trabajo que se les dio al nombrarlos sus representantes en tan altas dignidades.
Hay muchos temas para tratar sobre el año que termina, como la gran derrota del Gobierno ante los jóvenes estudiantes que lo pusieron en jaque y se tuvo que sentar con ellos para buscar una solución a la crisis educativa del país y no se simplemente por el dinero que ofreció el Gobierno y que debe dar, porque en caso de incumplir la situación se puede convertir en algo más delicado.
Para este lunes se anunció que se sentará con quienes negocian lo relacionado con el salario mínimo y espero que esto no se complique y que en un futuro tenga que sentarse personalmente y no por medio de sus ministros con sectores del agro, de los transportadores, de la salud y hasta con las madres comunitarias.
Leí algo que me llamó mucho la atención y fue el fallo de un juez norteamericano en el caso de libertad de prensa en el que estuvo involucrado el Washington Post, quien dijo que “el periodismo debía de estar al servicio del pueblo y no de sus gobernantes”.
Esta columna aparecerá de nuevo a partir del 13 de enero de 2019.
Les deseamos feliz año nuevo a todos y esperamos lo mejor en el nuevo año en donde se den los primeros pasos en firme para erradicar la corrupción.