El encuentro inédito entre los quizá más duros contrincantes políticos del país transcurrió el pasado martes en un inesperado ambiente de tranquilidad y cortesía.
La reunión empezó antes del mediodía, cuando la Comisión Primera del Senado empezó a tumbar, uno a uno, los artículos del proyecto uribista que busca crear una sala especial para militares en la JEP. Entonces, apareció en la célula legislativa de asuntos constitucionales de la cámara alta el expresidente y senador Álvaro Uribe, quien llegó a tratar de buscar consensos en torno a la iniciativa pero no lo consiguió.
De manera que el senador Luis Fernando Velasco, del Partido Liberal, propuso un receso de unas dos horas para acercar puntos de vista.Así, se fueron a la oficina de la Presidencia del Senado varios integrantes de la Comisión, sobre todo opositores e independientes, y el líder del partido gobiernista.
Estuvieron, entre otros, Gustavo Petro e Iván Cepeda, férreos contendores de Uribe y estaba la Farc -desmovilizada guerrilla a la que Uribe logró en sus dos años de gobierno debilitar pero no derrotar y que luego firmó la paz con Juan Manuel Santos, a quien Uribe le hizo una dura oposición-.
De parte de los exrebeldes asistieron Pablo Catatumbo, Victoria Sandino, Carlos Lozada y Sandra Ramírez.Así mismo, entraban y salían durante las nueve horas que duró la reunión Velasco, Temístocles Ortega -coordinador ponente del proyecto y quien daba la palabra a sus colegas-, Paloma Valencia -autora de la iniciativa-, Rodrigo Lara, Roosvelt Rodríguez, Angélica Lozano, Alexánder López Maya, María Fernanda Cabal, Roy Barreras, Germán Varón, Miguel Ángel Pinto, Armando Benedetti, Juanita Goebertus, Fabio Amín, Santiago Valencia, Ernesto Macías -el ‘dueño’ de la oficina’ y la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez.
En no pocas oportunidades el expresidente Uribe, Petro y Cepeda hablaron entre sí de manera cortés y respetuosa.Sin embargo, pasadas las 7 de la noche acabó el encuentro sin acuerdos, pero sí con el recuerdo de una reunión histórica, entre enemigos políticos, que en tiempos de posconflicto, y frente a un tema de implementación del posconflicto, hicieron la paz, al menos durante nueve horas.