El diario de ‘Chupeta’ resultó ser un montaje

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BOGOTA, 24 de Agosto_ RAM_...  El documento, que había servido de sustento para investigaciones contra altos oficiales y ex funcionarios públicos, no pasó la prueba ácida.

El tan mentado “diario de Chupeta” el mismo que dio para que las autoridades anunciaran investigaciones contra un exfiscal general de la Nación, seis generales del Ejército y la Policía y dos almirantes de la Armada resultó ser una farsa. Así se desprende de las declaraciones que en las últimas horas entregó el Fiscal General, Eduardo Montealegre, quien indicó que tras realizar distintas pruebas al documento –inicialmente atribuido al narcotraficante Juan Carlos Ramírez Abadía- el ente investigador encontró que la firma y huella Ramírez Abadía que allí aparecen habrían sido traspasadas. Es decir, que sí corresponden con la grafología del delincuente, pero habrían sido tomadas “de otro documento para hacerles dar el viso de autenticidad, tratando de engañar a la justicia”, indicó Montealegre.

El jefe del ente investigador indicó este viernes a los medios de comunicación que “no sabemos quién lo hizo”, aunque “existen ya unas primeras evidencias”.

El hecho denunciado por Montealegre reviste especial gravedad, por cuento el citado documento había sido usado en investigaciones sobre nexos de funcionarios públicos con el narcotráfico, en particular contra el exfiscal general Luis Camilo Osorio. Pero ¿quién estaría interesado en salpicar a grandes personalidades de la política y los estamentos castrenses en acciones u omisiones para favorecer a los delincuentes? La Fiscalía no descarta que la respuesta esté en las mismas instituciones oficiales. Por eso abrirá una investigación para determinar si hay miembros de la Fuerza Pública involucrados en este supuesto montaje.

Ramírez Abadía fue uno de los jefes del cartel del Norte del Valle, nació en Palmira el 19 de febrero de 1963, y fue uno de los primeros narcotraficantes que incursionó en el tráfico de heroína. En 2007 fue capturado en Brasil, gracias a un operativo de seguimiento coordinado con las autoridades de Colombia. Su fisonomía había cambiado por competo, debido a que se sometió a cirugías para cambiar su apariencia y burlar a sus perseguidores. Llevaba una vida de lujos y excesos, aunque en los últimos días había intentado bajar su perfil. En 2008 fue extraditado a Estados Unidos.

Desde entonces, tanto Estados Unidos como Colombia buscaron conocer los detalles de sus vínculos y creyeron haber establecido hasta dónde llegaban sus tentáculos con la aparición del supuesto diario, que hace más de siete meses venía siendo usado para las pesquisas oficiales. Aunque es posible que muchos de los datos allí narrados coincidan con la realidad, el hecho de que no se trate de las memorias del narco, como inicialmente se hizo creer, le resta credibilidad valor como prueba al documento y lo convierte, más bien, en un nuevo caso de intento de burla a la justicia, similar al del cartel de testigos que quedó al descubierto la semana pasada con los falsos denunciantes que aseguraban que el ex diputado Sigifredo López era aliado de las Farc.

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