Por Oscar Sevillano
Nadie puede negar que el color y el picante a la insípida campaña que se da en estos momentos al interior del liberalismo por la búsqueda de un único candidato que enarbole las banderas del oficialismo por la presidencia de la República, estaba en cabeza de la senadora cristiana Viviane Morales, personaje al que directivos de su mismo partido se le han atravesado con una actitud demasiado mezquina tratando de evitar su precandidatura.
No es posible que con tal de evitar la incomodidad que causaba la senadora, en lugar de derrotarla en democracia, en el liberalismo se inventen un documento que obliga a quienes deseen participar en la consulta del partido para escoger candidato, a cumplir y defender una serie de postulados que supuestamente, hacen parte de la línea del partido.
Si es así, porque no obligan también a los senadores y representantes del oficialismo liberal a firmarlo y a defender esas líneas en los debates al interior del congreso. ¿Ya hablaron también con los alcaldes y gobernadores elegidos con el aval del partido para que incluyan la directriz en su gestión como mandatarios locales?; ¿lo hicieron también con los concejales y diputados liberales para que ejerzan control político en sus municipios y departamentos a estos temas?
¿Cuándo será que quienes manejan los hilos del poder a la política van entender que con este tipo de mangualas, solo afectan las instituciones que dicen representar? Yo espero que algún día no muy lejano, esa manera de actuar que tanto rechazamos los colombianos del común se acaben y se permita tomar las decisiones en democracia, como lo regla lo ordena.
No estoy defendiendo en nada los postulados de Viviane Morales, que de paso aclaro, no comparto ni uno solo. Lo que si me gustaría es que sea la base del Partido Liberal quien decida si se aceptan o no se aceptan las ideas con las que busca llegar a la Presidencia de la República, como debe ser en una institución democrática.
No creo que para los directivos del Partido Liberal sea una sorpresa que Viviane Morales en su calidad de militante de la iglesia cristiana, se oponga al matrimonio para parejas homosexuales, lo mismo que la adopción de menores para las parejas de mismo sexo; el aborto, y que tenga reparos con los acuerdos de paz. Siempre lo supieron, como es que no le hicieron firmar ese compromiso en el momento en que se dio el aval para su aspiración al senado. Claro, era más importante sumarle una nueva curul al liberalismo, las diferencias ideológicas no importaban en ese entonces.
Dudo que Viviane quiera seguir en el Partido Liberal, es más, podría estar seguro que en adelante hará caso omiso a las decisiones que tomen sus directivas, y que por tanto su actuación como congresista, no siempre lo hará desde la bancada liberal en senado.