Un prestigioso industrial fue secuestrado en límites de Cundinamarca y el Tolima, pero el gobierno lo tiene callado porque este hecho va a cambiar la perspectiva del empresariado colombiano frente a las normas de seguridad.
Así lo aseguró esta mañana a través de Radio Santa Fe el ex asesor presidencial José Obdulio Gaviria, a propósito del recrudecimiento de las acciones las guerrillas de las Farc y del ELN en el país.
Aunque no dio a conocer el nombre del industrial ni tampoco del grupo que ejecutó este plagio, dijo que éste se produjo el pasado sábado en inmediaciones del municipio cundinamarqués de Agua de Dios.
José Obdulio Gaviria dijo que este hecho indudablemente va a tener graves repercusiones, tanto como la situación que se presenta en la zona fronteriza con Venezuela por el apoyo que el gobierno del presidente Hugo Chávez continúa dándole a los grupos guerrilleros colombianos.
Las precisinmes las hizo Gaviria en desarrollo de un diálogo con el Noticiero Santa Fe a propósito de la revelación que hizo en las últimas horas el expresidente Alvaro Uribe sobre el ataque que planeó contra los campamentos de la guerrilla colombiana en territorio venezolano, pero que “por falta de tiempo” no pudo ejecutarlo.
José Obdulio Gaviria advirtió que debido al apoyo del gobierno del presidente Chávez, “la frontera colombiana con Venezuela se está volviendo un infierno”, bajo el dominio de las Farc y del Eln, que ya hicieron las pases, pues Timochenko restableció la amistad, ya que “vivió en los campamentos del Eln”.
Añadió que estos dos grupos guerrilleros se han tomado literalmente puntos estratégicos a lo largo de los 2 mil 500 kilómetros de la frontera, que coinciden con las zonas pobladas.
Dijo, por ejemplo, que en la localidad venezolana de El Amparo, las Farc se mueven como Pedro por su casa, al igual que en el sector de Maicao, en la Guajira.
Añadió que hay testigos que afirman haber visto pasar hasta 150 hombres, que son saludados como compañeros por las Fuerzas Armadas Venezolanas.
Según Gaviria, las Farc tienen oficina en Caracas “ al lado del Palacio de Miraflores”, y recordó que allí fue capturado (o mejor secuestrado) por agentes del gobierno colombiano, el llamado canciller del grupo guerrillero, Rodrigo Granda.
Este hecho, que ocurrió el 13 de diciembre de 2004, provocó un grave incidente diplomático entre Colombia y Venezuela.
El presidente Chávez exigió al gobierno colombiano una disculpa, por considerar que el hecho era una “violación de la soberanía venezolana”, y acusó a Estados Unidos de intentar dañar las relaciones entre los dos países. Por su parte, el entonces presidente Alvaro Uribe se negó a presentar disculpas argumentando que Colombia era el país ofendido, ya que el gobierno de Venezuela “daba refugio a ‘terroristas’ de las FARC”.
El exasesor presidencial expresó además que hay una alianza de las Farc y la banda criminal de Los Urabeños, que le maneja la comercialización de la coca.
Al efecto, señalo que un arsenal que le entregó recientemente el presidente Chávez a las Farc –conformado por fusiles — quedó en manos de los Urabeños.