Los investigadores enviados a México por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tras la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa fueron blanco de espionaje, reveló un estudio el lunes, atizando un escándalo que puso en aprietos al presidente Enrique Peña Nieto.
Un teléfono utilizado por los expertos de la CIDH recibió mensajes de texto con el propósito de ser infectado por el software de espionaje Pegasus, fabricado por la empresa israelí NSO Group y que se vende exclusivamente a gobiernos para combatir a terroristas y criminales, indica un análisis de la Universidad de Toronto.
Este sistema fue adquirido por el gobierno de México.
Los hechos ocurrieron a principios de marzo de 2016, poco después que los expertos “criticaran al gobierno mexicano por interferir en su investigación, y mientras preparaban su reporte final” sobre este crimen que costó al gobierno numerosas críticas por parte de la comunidad internacional, añade el reporte.
La CIDH consideró “extremadamente preocupante” la información presentada por miembros del denominado Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) denunciando el presunto espionaje, afirmó el presidente de esta Comisión de la OEA, el peruano Francisco Eguiguren.
“Debe haber una investigación con todas las garantías de independencia e imparcialidad, que establezca las responsabilidades tanto materiales como intelectuales de las supuestas acciones de espionaje”, dijo Eguiguren.
AFP